Cristo, nuestro Cordero Pascual, ha sido sacrificado por nosotros. 1 Corintios 5:7
Este año la Pascua judía se festeja el 22 de abril. Esta vez quedó bastante separada de la Semana Santa. Nosotros en IPV festejamos la Pascua judía alrededor de la fecha en la que Israel lo celebra. Este año queremos hacerlo en varios hogares en cada uno de los campus de IPV. La razón por la cual festejamos esta fecha con la cena tradicional judía de Pascua es para mostrar que nuestra Santa Cena o la Cena del Señor proviene directamente de la cena de Pascua judía. No viene de la tradición medieval católica.
La Cena de Pascua judía conmemoraba la liberación de los israelitas de la esclavitud en Egipto. El centro de la cena era el sacrificio de un cordero puro y sin mancha. Este cordero era el centro de una comida ritual. La sangre del cordero sacrificado se untaba en los postes y en el travesaño de las puertas del hogar israelita en Egipto y servía de señal para que la última plaga, que acabaría con los primogénitos, “pasara de largo” (pascua) los hogares israelitas.
Jesús extrajo del complejo ritual litúrgico de la Pascua —que está lleno de alimentos altamente conmemorativos del Exodo, y altamente proféticos de la muerte y resurrección de Jesús— lo esencial, que es el pan sin levadura (matzá) y el vino. La Santa Cena es nuestra Pascua. Que recuerda, no el sacrificio del cordero, ni la salida de Egipto, sino el sacrificio de Cristo y la salida de la esclavitud al pecado, la esclavitud al mundo y la salvación de un destino de condenación eterna.
Al celebrar la Pascua conectamos con nuestras raíces en Israel. Esto nos mantiene agradecidos con Israel y además nos mantiene en el filo cortante de lo que Dios está haciendo en el mundo, a demás de que nos mantiene clamando por la total redención de la nación israelita.
Sin embargo, en el contexto de lo que estamos diciendo de tener un corazón por las naciones, quiero introducir una cita del profeta Amós que es una joya del amor universal de Dios. Está en Amós 9:7,
«Israelitas, ¿son ustedes más importantes para mí
que los etíopes?—pregunta el Señor—.
Saqué a Israel de Egipto,
pero también traje a los filisteos de Creta
y a los arameos de Kir.
¡El mismo Dios que sacó a los israelitas de Egipto sacó a los filisteos de Creta y a los sirios de Kir!
Y esto no lo digo para minimizar el papel de Israel en los planes de Dios, sino para elevar a todas las naciones al mismo nivel de esperanza en el Reino de Dios. Desde el principio la intención de Dios fue salvar al mundo.
¡Sigo orando para que todos tengamos un corazón para las naciones!
Gracias Pastor. Por revelación de ambas pascua donde la primera es sombra y figura del sacrificio de Cristo