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  • Foto del escritorGabriel Miyar

Un Lugar Ideal

¡En ningún otro hay salvación! Dios no ha dado ningún otro nombre bajo el cielo, mediante el cual podamos ser salvos. Hechos 4:12


Hay mucho que decir de la Iglesia en Cuba, pues definitivamente viven en una situación radicalmente diferente de cualquier cosa que podamos experimentar nosotros en México. Es cierto que la pobreza y la escasez de las cosas más básicas es abrumadora. Para empezar, es impresionante el contraste tan marcado entre los edificios gubernamentales y los edificios donde viven las personas en condiciones inimaginables.


Sin embargo, es igual de impresionante ver la fe que tienen, pues en medio de todo ese sufrimiento que viven inmerecidamente, pueden confiar en Dios y pueden testificar de milagros que han visto por montones, pues de alguna manera la condición de opresión ha convertido a la iglesia cubana en un lugar ideal para ver la manifestación del poder de Dios.


Por supuesto que no nos alegramos de que vivan en las condiciones de pobreza y opresión en las que viven, oramos para que Dios milagrosamente les dé libertad y mejores condiciones de vida, pero al mismo tiempo reconocemos que su carencia les ha dado una oportunidad única de depender de Dios, cosa que a nosotros nos hace mucha falta, pues tenemos demasiadas distracciones a nuestro alrededor y aún entre los cristianos el consumismo es tan evidente, que ya no podemos darnos cuenta de cómo nuestro corazón es movido por la necesidad insaciable de siempre tener más, de producir más, de “mejorar” nuestra condición de vida.


Por otro lado, ellos también enfrentan retos en su vida cristiana, pues, como ya se ha señalado, su condición también puede ser una motivación para pecar, de diferente manera a la nuestra, pero también su mente y corazón pueden estar enfocados en lo material, ya que necesitan buscar diario cómo tener lo mínimo necesario para sus familias.


Entonces, podemos darnos cuenta de que ningún sistema político es la verdadera respuesta a los problemas de la sociedad, únicamente en Jesús está nuestra esperanza. No importa si tenemos muchísimo dinero o si no tenemos nada, no importa ni siquiera el rumbo que tome la política en nuestro país, lo que verdaderamente importa es que Jesús sea el Señor de nuestras vidas. Si tenemos a Jesús, tenemos esperanza verdadera y a partir de Él podemos buscar maneras de luchar por la justicia social.


«Señor, que de verdad seas Tú nuestra esperanza y la prioridad más importante en nuestros corazones. Amen.»


Danielita Orozco

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