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Tratamiento

  • Foto del escritor: Daniela Orozco
    Daniela Orozco
  • 2 oct
  • 2 Min. de lectura

Por lo tanto, dejando la mentira, hable cada uno a su prójimo con la verdad, porque todos somos miembros de un mismo cuerpo. 26 «Si se enojan, no pequen». No permitan que el enojo les dure hasta la puesta del sol 27 ni den cabida al diablo. 28 El que robaba, que no robe más, sino que trabaje honradamente con las manos para tener qué compartir con los necesitados. Efesios 4:25-28


 

Ayer el pastor Gabriel nos habló del papel que tiene la Biblia en hacer un diagnostico de nuestro de corazón, lo cual es muy útil y necesario porque muchas veces ni siquiera sabemos cómo estamos realmente, ya sea porque nos engañamos a nosotros mismos o porque genuinamente ya nos acostumbramos a ser así.


La Biblia también tiene la función de decirnos el tratamiento, siguiendo el mismo ejemplo de la endoscopia, pues no solamente nos dice lo que estamos haciendo mal ni únicamente nos revela nuestras motivaciones incorrectas, sino que nos dice el tratamiento que debemos seguir para vivir una vida saludable espiritualmente.


Por ejemplo, en este pasaje de Efesios nos dice que el remedio en contra del habito pecaminoso de mentir es decir la verdad y el remedio en contra de robar es trabajar y ser generosos. Sé parece demasiado evidente y sencillo, pero cuando hemos estado viviendo por años con un hábito destructivo, deja de ser evidente la manera de reemplazarlo, por eso necesitamos que la Palabra de Dios nos instruya y nos de la sabiduría que necesitamos para transformar nuestras vidas.


En esencia, lo que vamos a encontrar en la Biblia como una manera eficaz de romper con nuestros hábitos de pecado es reemplazarlos por hábitos que le agradan a Dios. Primeramente, el Espíritu Santo nos señalará el problema cuando leamos las Escrituras y después aprenderemos a reconocer lo que le agrada a Dios. Así, colaboramos, el Espíritu dándonos revelación, discernimiento, sabiduría, deseo de agradar a Dios y nuevas opciones para vivir; y nosotros, poniendo todo nuestro esfuerzo en hacer de nuestras vidas algo que le agrada a Dios. En todo este proceso, la lectura de la Biblia tiene un papel irremplazable al revelarnos lo que Dios espera de nosotros.


Señor, ayúdanos a ser constantes en la lectura de Tu Palabra y ayúdanos a estar dispuestos a vivir de acuerdo con sus enseñanzas. Amén.

 

 
 
 
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