¿Te Aburre Leer la Biblia?
- Gabriel Miyar

- 18 sept
- 2 Min. de lectura
Como nuevo creyente, una de las primeras cosas que hice fue leer la Biblia de Génesis a Apocalipsis. Al principio fue fascinante pues todo era nuevo para mí. Subsecuentemente, me empezó a costar más trabajo leerla. Había pasado la novedad y con ello me hallé sintiendo que algunas porciones, francamente, me aburrían.
Ahora sé que en parte era porque en el ámbito en el que me crié en Cristo, muchas veces reducíamos la Biblia a una serie de reglas y principios para mantenernos lejos de los baches morales. Y a veces, lo que es peor, la exprimíamos para sacar clichés, eslogans y verborrea religiosa sentimental, supuestamente con la intención de inspirar y motivar.
En pocas palabras, en lugar de dejar a la Biblia hablar, la tratábamos como algo para usar —la usábamos como texto con información acerca de Dios; la usábamos como manual para llevar a la gente a la salvación; como arma para derrotar al diablo y a todos sus ángeles; la usábamos como antidepresivo, y no la veíamos como una conversación con Dios a través de escritores humanos que eran, pues eso, escritores. Escritores, poetas y narradores hábiles, artistas del lenguaje. Isaías y David eran poetas. Mateo y Lucas eran expertos en el arte de la narrativa.
Gracias a Dios, llegó a mi vida, un mentor, un misionero inglés llamado Felipe Kavanagh, que con su esposa, Susan, me llevó a mí y a los que estaban conmigo entender la Biblia de una manera diferente, “expositiva.” Dejándola hablar por sí misma, sin aplicarle ideas preconcebidas. Felipe nos enseñó a poner atención a lo que la Biblia realmente decía. Nos enseñó a “observar,” haciéndole preguntas al texto bíblico. ¿Quién está hablando y a quién le habla? ¿Por qué dice esto aquí y no en otra parte? Luego nos enseñó a “interpretarla.” ¿Qué significa lo que está diciendo el autor? ¿Qué significó para sus primeros oyentes? ¿Qué dicen en el pasaje anterior y en el posterior? ¿Por qué está este detalle aquí? Finalmente, nos enseñó a “aplicarla.” ¿Qué significa esto para nuestra vida hoy? ¿Qué enseña esto acerca de Dios, de la humanidad, de la iglesia? ¿qué significa esto en mi propia vida? ¿Qué quiere Dios que haga con esta verdad?
Esto le dio a mi lectura de la Biblia una nueva frescura. Ahora, de forma creciente, mi lectura de la Biblia se estaba convirtiendo en una conversación. Ya no estaba leyendo palabras —estaba escuchando voces. Y detrás de estas voces, la voz de Dios.
Fue Felipe Kavanagh, que con esta manera de estudiar la Biblia le dio forma a todo lo que soy y hago como pastor. Y no sólo en mi vida vocacional, sino en mi vida personal, mi matrimonio y mi familia, mis amigos y mi comunidad e iglesia.
«Señor, enséñame a leer tu Palabra de una manera fresca, haciéndole las preguntas clave, observando, interpretando y aplicando todo lo leído.»

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¿Quieres una prueba de que Dios es eterno? Lee la biblia. Como dices, Gabriel, no solo por sus reglas o sus enseñanzas. Porque, a pesar de haber sido escrita por el hombre, sus mensajes van más allá del tiempo y las naciones.
Cuando escuchas lo que te está diciendo, te das cuenta de que, aunque las historias que se cuentan ya pasaron, tienen mensajes para cada persona en el planeta.
Muchos asumen que yo me sé la biblia de principio a fin, pero me llegan pasajes, versículos de la nada. A veces abro mi biblia en cualquier página, y mis ojos encuentran lo que necesito leer. El mensaje no siempre es para mí, a veces solo guardo el versículo y…