Sigue Pidiendo

»Así que les digo, sigan pidiendo y recibirán lo que piden; sigan buscando y encontrarán; sigan llamando, y la puerta se les abrirá. 10 Pues todo el que pide, recibe; todo el que busca, encuentra; y a todo el que llama, se le abrirá la puerta.

Lucas 11:9-10

Ayer, basados en Lucas 11:13, empezamos a pedirle al padre celestial que nos dé más de su Santo Espíritu. Hoy vamos a regresar dos versículos atrás en el contexto. En este contexto Jesús trata con algunas de las dificultades que podemos tener para recibir de Dios más del Espíritu.

La Duda. Muchas veces dudamos: “¿pero, si pido recibiré?”

—Jesús dice simplemente: “Así que les digo, sigan pidiendo y recibirán lo que piden.” (v.9).

—Jesús debe haber notado que no le creyeron porque repite de una manera diferente: “sigan buscando y encontrarán.”

—Y de nuevo, una tercera vez dice: “sigan llamando, y la puerta se les abrirá.”

—El conoce la debilidad humana, por lo que añade una cuarta vez: “Pues todo el que pide, recibe.”

—No los ve convencidos, así que insiste una quinta vez: “todo el que busca, encuentra.”

—Y finalmente, en sexta ocasión: “y a todo el que llama, se le abrirá la puerta.”

¿Por qué lo reafirma seis veces? Porque sabe cómo somos, que nos cuesta trabajo creer que Dios nos de algo —ya no digamos algo tan maravilloso como el Espíritu Santo con todos los dones que lo acompañan.

Temor. “Si le pido a Dios, qué tal si me da algo que no quiero, qué tal si juntamente con ello me viene sufrimiento y dolor.” Jesús, para disipar estos temores usa la analogía de un padre humano:

Ustedes, los que son padres, si sus hijos les piden un pescado, ¿les dan una serpiente en su lugar? 12 O si les piden un huevo, ¿les dan un escorpión? ¡Claro que no! (Lucas 11:11-12).

Sólo entonces Jesús añade el versículo que hemos venido usando: “Así que si ustedes, gente pecadora, saben dar buenos regalos a sus hijos, cuánto más su Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes lo pidan.” (v.13).

Pídele al Espíritu Santo que te limpie de cualquier vestigio de rencor y erradique cualquier falta de perdón en tu corazón. Pídele que te perdone y remueva cualquier barrera que te impida recibir. Entrégale todos tus temores y ansiedades. Sé completamente sincero con tu Padre celestial. Pide y sigue pidiendo, busca y sigue buscando llama y sigue llamando con iansistencia. Pídele que se manifieste en tu vida de la forma en que quiera hacerlo. Si empiezan a fluir de tus labios nuevos sonidos, no los apagues. Habla y continúa hablando. Lleva tiempo desarrollar los dones. Pídele que traiga revelación a tu situación y ábrete por completo a todo lo que el Espíritu Santo quiera hacer en tu vida.