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  • Foto del escritorGabriel Miyar

Siempre con Nosotros

Ayer me tocó leer en mi lectura bíblica diaria Job 24. La verdad no encuentro una descripción de la pobreza más conmovedora que la que se halla en este capítulo y quiero compartirla contigo:


4 A los pobres los echan del camino;

los necesitados tienen que esconderse juntos para estar a salvo.

5 Igual que los burros salvajes en los lugares desolados,

los pobres pasan todo su tiempo buscando comida;

hasta en el desierto buscan alimento para sus hijos.

6 Cosechan un campo que no es suyo,

y recogen las sobras en los viñedos de los malvados.

7 Pasan la noche desnudos en medio del frío,

sin ropa ni abrigo para cubrirse.

8 Las lluvias de la montaña los empapan

y se amontonan contra las rocas en busca de refugio.

9 »Los malvados, a la viuda le arrebatan del pecho a su hijo,

y toman al bebé como garantía de un préstamo.

10 El pobre tiene que andar desnudo, sin ropa;

cosecha alimentos para otros mientras él mismo se muere de hambre.

11 Prensa el aceite de oliva pero no le permiten probarlo,

y pisa las uvas en el lagar mientras pasa sed.


Esto es una descripción que te apachurra el corazón.


El día que a Jesús le ungieron los pies con un perfume muy caro en Betania uno de los discípulos, Judas, se quejó del “desperdicio” de algo tan valioso en un gesto tan inútil, según él. Me encanta que Jesús no se ofendió y tan sólo le dijo: «Siempre habrá pobres entre ustedes, pero a mí no siempre me tendrán» (Juan 13:8). Qué triste que siempre habrá pobreza. Jesús no está siendo negativo; está siendo realista, pues conoce la clase del mundo en el que se convirtió su creación después de la entrada del pecado.


Por otro lado, una forma en la que siempre tendremos a Jesús y relacionada con todo lo anterior se halla en Mateo 25: 40 (PDT): “Les digo la verdad: cada vez que ustedes hicieron algo por mis hermanos más humildes, también lo hicieron por mí.” Cuando Jesús habla de uno de “sus hermanos más humildes” se refiere a las personas de las que Job nos pinta un cuadro tan dramático y tan real.


Sí, que triste que siempre vayamos a tener pobreza, pero a la vez, esta es una de las formas en las que siempre tendremos a Jesús entre nosotros y podremos atenderle y servirle.


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