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¡Se Desplomaron!

Daniela Orozco

Jesús, que sabía todo lo que iba a suceder, les salió al encuentro.

—¿A quién buscan? —preguntó.

—A Jesús de Nazaret —contestaron.

Jesús dijo:

—Yo soy.

Judas, el traidor, también estaba con ellos. Cuando Jesús dijo: “Yo soy”, dieron un paso atrás y se desplomaron. Juan 18:4-6 (NVI)


¿Te puedes imaginar esta escena? Jesús había tenido una conversación bastante profunda con sus discípulos en la que se despidió y oró por ellos, sabía que había llegado el momento de dar su vida y sabía que uno de sus discípulos más cercanos iba a traicionarlo. Entonces, se fue a orar. Seguramente tuvo un tiempo de mucho estrés y preocupación, de rodillas delante del Padre, pero salió fortalecido y convencido de Su misión, pues cuando llegaron a buscarlo no se escondió ni trató de ocultar su identidad.


Es realmente sorprendente que Jesús reveló Su identidad y poder a esas personas que iban a arrestarlo. Podemos ver en el pasaje que Jesús estaba revelando toda su deidad cuando dijo: “Yo Soy” y todos cayeron desplomados, pues estaba diciendo que Él era el mismo que se presentó ante Moisés en la zarza ardiente. Jesús es el mismo Dios que creó el universo y que se reveló a los patriarcas de Israel.


Si Jesús se reveló así a quienes iban a arrestarlo porque sabía que era el tiempo de entregar Su vida, creo que también se nos revelará a nosotros cuando lo busquemos honestamente. Muy probablemente cada uno de nosotros que leemos estas reflexiones ya entregamos nuestras vidas a Jesús y sabemos que Él es Dios, sin embargo, todavía podemos conocerlo mejor, podemos profundizar en nuestro entendimiento de lo que significa que Él es Señor de nuestras vidas.


Pienso que este tiempo de ayuno es un buen momento para buscarlo, para pedirle que nos revele Su poder y autoridad, que Él mismo nos diga de manera personal a cada uno: “Yo soy” y entonces también nosotros nos pongamos a Sus pies, no por miedo, sino porque reconocemos que Él es el dueño de nuestras vidas, que Él es nuestro Señor y de verdad rindamos todo lo que somos y todo lo que tenemos delante de aquel que es digno.


«Señor, perdónanos si hemos dejado de verte como Señor, si hemos perdido el asombro de poder estar en Tu presencia. Por favor, revela Tu señorío en nuestras vidas y déjanos rendirnos ante Ti. Amén.»

194 visualizaciones3 comentarios

3 Comments


Beatriz Alejandra López Esparza
Beatriz Alejandra López Esparza
Jan 31

Woww, me llego hasta la médula... gracias

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Michelle Vall
Michelle Vall
Jan 30

Wow! Muchas gracias por esta reflexión, Dani.

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Alex Sandoval
Alex Sandoval
Jan 30

Amen!

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