Ayer hablábamos del “suministro” del Espíritu Santo que menciona Pablo en Filipenses 1:19. Realmente este es el secreto de la fortaleza del apóstol quien, a pesar de enfrentar dificultades de todo tipo a cada paso, no disminuía en fuerza y motivación. Hoy vamos a hablar un poquito más acerca de esta palabra suministro o abastecimiento. Agradezco al pastor Rick Renner por su generosa contribución involuntaria.
“Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación” (Fil. 1:19 RV’60).
La frase “el suministro del Espíritu de Jesucristo” es una de las claves para la inquebrantable fortaleza de Pablo. La palabra “suministro” es la traducción de la palabra griega epicoregeo. La primera parte de la palabra, epi, significa “a favor de,” y la segunda parte de la palabra, coregeo, es la palabra griega para un coro, es decir, una compañía teatral de la antigüedad. Es de donde viene nuestra palabra “coreografía.” Así que epicoregeo es una vieja palabra que literalmente significa a favor del coro y es una palabra que es importante entender.
Hace miles de años en la Grecia clásica, una enorme compañía coral y dramática practicaba sin parar para una función teatral. Después de invertirle mucho tiempo, esfuerzo, energía y práctica, finalmente se llegó el tiempo para lanzarse al tour de presentaciones. Pero había un problema gigantesco —¡se quedaron sin dinero!
Esta gente le había dado su vida a esta producción. Habían invertido todos sus recursos en asegurarse de que la presentación fuera un éxito. Pero, como se quedaron sin financiamiento, ¡el show se canceló! Quedaron fuera aún antes de empezar. Al parecer era el final del camino para ellos y su sueño.
¿Te has sentido alguna vez así? ¿Alguna vez te has entregado tan completamente a algo que sientes que ya no hay nada más que dar? ¿Alguna vez te has comprometido tan completa y tan profundamente que al final no sientes que tienes las fuerzas humanas para continuar con tu compromiso, aún cuando tu deseo es cumplir? Todos llegamos a un punto en nuestras vidas espirituales en que parece que ya no tenemos más que dar. Empezamos a desgastarnos física y mentalmente. Aún la gente con buenas intenciones y un fuerte deseo tarde o temprano llegan a estos callejones sin salida en sus vidas.
Esto es lo que le pasó a este compañía teatral griega; se toparon justo con esto. Sin fondos no hay show. Parecía que tanta energía, tanta práctica y tanto compromiso se habían gastado en vano. Para todos fines prácticos era el fin de sus sueños. Pero, en realidad este callejón sin salida en sus vidas fue el principio de la mejor parte de la historia.
En ese momento un hombre sumamente rico entró en escena. Había escuchado del compromiso de la compañía teatral. Había escuchado como habían trabajado en este proyecto por tanto tiempo. Y porque este hombre rico estaba tan impresionado con su dedicación, intervino e hizo una colosal contribución a favor del coro.
Esta contribución “suplió” todo lo que el coro necesitaba para volver a las marquesinas de Grecia. ¡De hecho, el regalo de este hombre fue tan enorme que era más de lo que necesitaban o pudieran jamás gastar! Esta contribución era excesivamente sobreabundante.
De una situación como esta es de donde viene nuestra palabra “suministro” en Filipenses 1:19. A la luz de esto, esta cita podría significar:
“Estoy seguro de qué esta situación dará un giro total y resultará en mi libertad. Estoy seguro de ello—Primero que nada, porque ustedes están orando por mí; y en segundo lugar, porque la contribución especial del Espíritu de Jesucristo está financiando mi causa.”
Esto significa que cuando has dado tu mayor esfuerzo y no sientes que te queda un gramo más de energía para dar, tienes derecho a esta promesa divina. Cuando parece que tus recursos se han gastado por completo y eres incapaz de dar otro paso a menos que alguien entre en escena y te ayude, este es exactamente el momento en el que Jesucristo se convierte en tu Benefactor personal. Como el hombre rico en la historia que te conté Jesús interviene en tu vida para donar una masiva, sobreabundante y generosa contribución de la gracia y el poder del Espíritu Santo a favor de tu causa.
Así que te animo a echar mano de este incalculable suministro. ¡Concentra el clamor de toda tu necesidad y conviértelo en una oración desbordante en este mismo momento! Pon toda tu fe en la promesa de que Él va a “financiar” todo lo que necesitas a través de su Santo Espíritu.
Platícame cómo te fue en la sección de comentarios.
Gracias a este suministro nuestras vidas se convierten en vidas diferentes, no solo vidas con fuerza de voluntad, sino vidas con una fuerza celestial que brinca hasta la eternid.
Gracias Pastor