top of page
Buscar

Sólo Volviendo a Nacer

Robbie Rembao

Jesús le respondió: — Te digo la verdad, a menos que nazcas de nuevo, no puedes ver el reino de Dios. Juan 3:3


He tenido la hermosa experiencia de ver el nacimiento de mis 3 hijos y aunque mi esposa podría decirte mejor que yo como es un parto, con sólo verlo te puedo decir que los nacimientos son dolorosos, desordenados, intensos, complicados, llenos de miedo y también llenos de una enorme alegría, celebración y más amor del que puedo explicar. Cada parto fue muy diferente: Valentina fue cesarea de emergencia con amenza del huracán Patricia; Emma fue parto natural sin anestesia; Levi fue cesarea pero como es niño todo estuvo tranquilo y relajado, aunque tal vez Barbara no coincida conmigo.


El punto de toda esa historia es para decir que Nicodemo tenía toda razón para asustarse cuando Jesus le dijo que tenía que nacer de nuevo para ver el Reino de Dios. Cuando Dios se acerca a nosotros lo que pasa en nuestras vidas es tan radical que la manera de explicarlo es que nuestro espíritu tiene que nacer de nuevo.Nuestras vidas están tan mal y nuestro espíritu está tan lejos de lo que Dios pide de nosotros que la única manera de acércanos a Él es de esa forma.


Pero no somos nosotros los que sufrimos más para acercarnos a Dios, fue Él quien lo dio todo para que pudiéramos ser llamados sus hijos. Aquí en Juan 3 es donde viene quizás el versículo más conocido y sin duda es fundamental para nuestra fe:


Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Juan 3:16


Lo que dice el siguiente versículo es muy importante que lo tengamos en mente porque la religión nos puede hacer pensar que la llegada de Jesús a nuestras vidas y el hecho de tener que "nacer de nuevo" significa que tendremos vidas limitadas e infelices, pero es todo lo contrario:

Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él. Juan 3:17


Dicho todo eso, me encanta como Juan nos dice casi al final del capítulo cuál debe ser el fruto de haber nacido de nuevo. Tú y yo dejamos de ser los protagonistas de nuestras vidas, dejamos de vivir para nosotros mismos y ahora vivimos para el único que se merece toda la gloria y la alabanza.


Él debe tener cada vez más importancia y yo, menos. Juan 3:30


Te animo a que en estos 19 días que quedan del ayuno sigamos buscando a Dios de esta manera, que él sea cada vez más importante y nosotros menos.

324 visualizaciones0 comentarios

Comments


bottom of page