¿Qué te asedia?
- Arturo Miyar
- 29 abr
- 2 Min. de lectura
Esta reflexión es solo una parte de mi predicación del domingo pasado en el campus de Patria, ruego a Dios que te mueva a la acción.
La palabra asedio es una palabra de origen militar y significa la acción estratégica de un ejército que rodea completamente una ciudad evitando así que entren o salgan personas y provisiones.
El caos que se provoca al interior de la ciudad asediada es el objetivo de esta estrategia mortífera que busca la rendición de la misma.
En el mundo espiritual al cual pertenece todo ser humano, también Satanás, el enemigo de Dios intenta ejecutar esta acción bélica sobre los hijos de Dios, y así evitar que los recursos del cielo lleguen a las vidas de ellos.
Hebreos 12:1 NVI
Por tanto, también nosotros que estamos rodeados de una nube tan grande de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante.
Es la práctica del pecado y el peso de las aflicciones y preocupaciones lo que pueden someternos al asedios del enemigo, impidiendo que la provisión de Dios; su paz, su gozo, su revelación y muchas otras lleguen a nuestras vidas. Además también nada puede salir de una ciudad asediada, como nada puede salir de una vida asediada por el pecado y la preocupación.
Es solo el poder del sacrificio y la sangre derramada de Jesús y la fe en ello, lo que puede romper esta acción bélica espiritual sobre cualquier hijo de Dios a través del arrepentimiento, la confesión de los pescados y el abandono de esas prácticas. Esto logra abrir una brecha por la cual la provisión de Dios en Cristo Jesús comienza a fluir al alma herida. Fortaleciéndola con amor, animándola con esperanza y liberándola con poder para caminar firme, no solo para recibir todo esto, sino también para compartirlo a otros que también lo necesitan con urgencia.
Amado Señor, ayudamos a comprender las dimensiones espirituales en las cuales vivimos. Y guíanos por tu Espíritu en el camino del arrepentimiento y la sabiduría en santidad, en el nombre de tu amado hijo Cristo Jesús, amén.
Arturo Miyar
Комментарии