Híjole, nos aventamos 21 días de ayunos y oraciones. Algunos ya estaban “pidiendo esquina.” Fue un tiempo desafiante, pero poderoso, como siempre que tomamos una decisión de apartar un tiempo para intensificar nuestra búsqueda espiritual y nuestra comunión con Dios, en este caso, sacrificando nuestra comodidad alimenticia, que es un método tan efectivo para darle claridad a nuestro entendimiento espiritual.
¿Pero, que nos dejó este tiempo a parte de oraciones contestadas, que seguramente marcaron estas tres semanas?
Bueno, yo en lo personal, al re-visitar el evangelio de Juan reafirme algunas verdades y algunos anhelos que tengo desde hace muchos años. Cuando yo era un joven pastor, me llamaban muchísimo las palabras de Jesús en Juan 5:19-20. Mi anhelo era poder relacionarme con Jesús de la misma manera en que Jesús se relacionaba con el Padre. En concreto, basado en esta cita, en mi dependencia de él. En estas tres semanas, he vuelto ávidamente a este anhelo de “no hacer nada por mi propia cuenta, sino solamente lo que Jesús me muestra que haga,” porque sé que así seré verdaderamente útil y fructífero para el Señor.
Yo sé que no puedo esperar operar en esta forma de manera perfecta como lo hacía Jesús. Habrá muchas veces en que me equivoque en cuanto a la voluntad de Dios, pero, estoy seguro de qué me seguiré equivocando muchísimo más si no me esfuerzo por discernir su voluntad en absoluta y muuuy paciente dependencia.
Otra cosa que se reforzó tremendamente, fue mi anhelo de dedicarme por completo a la tarea que Dios me encomendó. Basado en Juan 4:34, le he estado pidiendo a Dios obsesionarme, literalmente, con mi llamado (Craig Groeschel ya nos dio permiso de obsesionarnos en la Cumbre Global de Liderazgo). En este marco del ayuno, deseo afirmar con todo mi corazón que “mi alimento es hacer la voluntad de Dios quien me envió y terminar su obra.” Tener una credencial del INAPAM es un poderoso aliciente para querer terminar bien la obra que Dios le encomendó a uno.
Finalmente, al pedir, en ayuno y oración, dedicarme obsesivamente a la tarea que Jesús me encomendó, me vino una revelación que mi llamado principal en esta etapa es hacia los servidores y voluntarios. Sin hacer nada excluyente, me he dado cuenta de qué mi corazón literalmente late por los servidores y voluntarios y siento que Dios quiere que me concentre en ellos. Que en esta etapa de mi vida mi llamado sea enfocar mis dones en llevar a los congregantes a convertirse en servidores y a los servidores en mejores servidores y a los mejores servidores en líderes. Estas tres semanas clarificaron maravillosamente mi visión.
¿Qué te dijo Dios a ti en estos 21 días? Siente la libertad de escribírmelo, de manera breve, aquí en los comentarios.
Estos 21 días de ayuno me dejaron, saber cuánto nos ama Dios conociendo y comprendiendo más cuánto nos ama a través de la obediencia de Jesús y su sacrifico . Saber que el siempre está con nosotros en todo momento. Y sentí cada vez el amor de el hacia nosotros.
Gracias mi Señor te amo cada día mas .
Gracias por nuestros pastores y todo su apoyo
Que me dejó estos días de ayuno me di cuenta mis ganas de seguir aprendiendo de la palabra a diario leer un versículo y seguir alimentando de la palabra. a ser constante en mis oraciones y tener fé en q dios es quien tiene el control de mi vida. grax pas y me encanta leer tu blog me alimenta día a día me ayuda a entender muchas cosas.
¿Qué me dejaron estos 21 días? Un mayor gozo por estar en Su presencia. Una disciplina por ordenar mi casa (mi corazón y mi casa física, jejeje). Una mayor certeza de que Dios me escucha y contesta mis oraciones en Su tiempo, conforme a Su propósito divino.
Gracias Amados Pastores por animarnos en estos 21 días de ayuno.
Salud física de mi esposa, hija y mía.
Derramamiento de Paz, crecimiento en el ministerio de varones. A tratar a las personas con atención y amor.