Poniendo Nuestros Ojos en la Eternidad

“He visto la carga que Dios puso sobre nuestros hombros. Sin embargo Dios lo hizo todo hermoso para el momento apropiado. Él sembró la Eternidad en el corazón humano, pero aún así, el ser humano no puede comprender todo el alcance de lo que Dios ha hecho desde el principio hasta el final.” – Eclesiastés 3:10-11

Por lo regular, todos pasamos gran parte de nuestra vida esforzándonos en ser alguien, en tener éxito en este mundo, nos concentramos en poseer todo lo que necesitamos, creyendo que ahí se encuentra la felicidad, y tristemente nos descuidamos de lo realmente importante, en lo que nos dice este pasaje, que Dios ha puesto en nosotros la Eternidad.

La vida no termina en esta tierra material, es tan solo un breve tiempo, solo estamos de paso, por eso; jamás debemos perder de vista como hijos de Dios la Eternidad con la que nos ha diseñado.

Tenemos que esforzarnos y trabajar también para hacer tesoros en el Cielo, y no tanto en este mundo, más bien guardémoslos allá, donde nada los dañará y donde no puedan ser robados. (Mateo 6:19-29) Podemos pensar o sentir en temporadas de la vida, que no nos va muy bien, que es demasiado complejo y doloroso, y aunque también tenemos buenos tiempos, nos afectan más los malos, pero, esto pasará, nuestra esperanza está en el Reino de Dios, en la Eternidad, ya que lo que hagamos en este mundo, aquí se quedará.

“Después de todo no trajimos nada cuando venimos a este mundo, ni tampoco podremos llevarnos nada cuando lo dejemos.” – 1ª de Timoteo 6:7

La Palabra de Dios nos anima a que no perdamos la esperanza y el gozo, que mantengamos una gran expectativa por la vida Eterna que nos espera, como nos lo dice el apóstol Pablo. “Es por eso que nunca nos damos por vencidos. Aunque nuestro cuerpo está muriéndose, nuestro espíritu va renovándose cada día. Pues nuestras dificultades actuales son pequeñas y no duraran mucho tiempo. Sin embargo, ¡nos producen una gloria que durará para siempre y que es de mucho más peso que las dificultades! Así que no miremos las dificultades que ahora vemos; en cambio, fijemos nuestra vista en cosas que no pueden verse. Pues las cosas que ahora podemos ver pronto se habrán ido, pero las cosas que no podemos ver permanecerán para siempre”.

"Padre Nuestro, ayúdanos a no poner nuestra vista en las cosas de este mundo, enséñanos a fijar nuestra mirada en lo realmente importante, en lo que tiene trascendencia eterna, queremos hacer tesoros en el cielo, y que mientras estemos en este mundo, podamos serte útiles para tu Reino. En el nombre de tu Hijo amado Jesucristo, amén."

Félix Sánchez