Además, el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra debilidad. Rom. 8:26a
Con la venida de cada mayo nos viene la fiesta de Pentecostés (en el calendario cristiano —en el calendario judío, este año es hasta junio 13). Cada año aprovechamos para renovar nuestra comprensión y experiencia del Espíritu Santo.
No es que le estemos diciendo al Espíritu Santo que mayo le pertenece y nada más, que aproveche porque ya en junio es otra cosa. ¡Hasta el próximo mayo! Todo lo contrario lo que queremos es que el Espíritu Santo sea siempre una experiencia permanente en nuestras vidas con todas sus manifestaciones.
Aprovechamos mayo para obligarnos a renovar anualmente nuestra experiencia permanente del Espíritu. Esperamos que cada mayo tengamos más historial con el Espíritu y más comunión con él. Que podamos movernos con mayor soltura y alcance en el ámbito espiritual sobre el cual preside el Espíritu Santo.
¿Qué ámbito es ese? Pues, básicamente, el ámbito del poder. El llamado particular del Espíritu Santo es suministrar el poder de Dios a nuestras débiles vidas humanas: “pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes” (Hech. 1:8). Poder en su sentido más amplio. Poder sobre el mundo natural para que Dios realice milagros por medio nuestro; poder sobre el pecado y la carne: “dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa” (Gál. 5:16).
Todo esto, mayormente, lo sabemos, pero nuestra experiencia personal con ese poder, ya sea sobre nuestra carne o sobre la enfermedad o cualquier otra cosa, muchas veces se queda muy limitada, prácticamente, del mismo tamaño, año con año, y la idea es que crezca. Que no sea una probadita o una muestra gratis, sino “la edición completa.” Y en las próximas semanas nos oirás a los líderes en IPV decir: “¡Cambia tu versión básica gratuita por la versión completa!” No me malentiendan, la presencia creciente del Espíritu Santo en nuestras vidas es totalmente gratuita, es por gracia, pero sí hay un “precio” que pagamos, por decirlo así, en cuanto a dedicación e inversión de tiempo, pero, sobre todo, inversión del corazón en una búsqueda cada vez más intensa de permitirle al Espíritu hacer toda Su voluntad en nuestras vidas.
¿Qué cosas tenemos que hacer para que el Espíritu Santo sea una realidad permanente en nuestras vidas con todo el poder que lo caracteriza? Hay varias, pero, para empezar, tienes que verlo como algo importante, tan importante, que apartes los próximos 4 domingos para reunirte con tu familia en la fe a aprender más de la Persona y la obra del Espíritu Santo. También aparta los próximos tres viernes para reunirte con tu familia espiritual a experimentar el poder transformador de la tercera Persona de la Trinidad.
Él te está esperando para llevarte a un nuevo nivel de conocimiento y experiencia de su Persona. ¡No lo dejes esperando!
Gloria a Dios!! 🙏🏽❤️🔥🕊️🎶 Poder de lo Alto!!!🙌🏼
Muchas gracias mi querido Pastor Gabriel … los amo familia por siempre 🤍