Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo. Jeremías 29:11 (DHH).
Pensando y orando acerca de este año nuevo 2025, el Señor puso en mi corazón esta maravillosa promesa dada a través del profeta Jeremías hace más de 2,500 años. ¡Imagina cuantas generaciones han sido increíblemente fortalecidas y animadas desde aquel entonces!
“Yo sé los planes que tengo para ustedes.” Cuando el Padre dice algo así equivale a afirmar: «Cuando se trata de ustedes no ando improvisando. Tengo planes muy bien pensados. Tomando en cuenta todos los ángulos. Todas sus necesidades; todo lo que les conviene y lo que no les conviene; sus temores y ansiedades; sus debilidades y traumas; su pasado y sus experiencias de todo tipo; sus alegrías y sus tristezas, sus pérdidas más dolorosas y sus relaciones más gratificantes. Y, pongan atención, en mis planes para ustedes tomo en cuenta sus sueños y anhelos más preciados» —de hecho, RV’60 dice: “para daros el fin que esperáis.” Esta traducción resalta que Dios, amorosamente, toma en cuenta lo que nosotros mismos esperamos. No es como que Dios nos carga con planes totalmente ajenos a nuestros deseos y anhelos.
“Planes para su bienestar y no para su mal.” Dios sabe que tendemos a sentir temor del futuro. Nos preocupa no sólo nuestro bienestar actual sino nuestro bienestar futuro, quizás especialmente nuestro bienestar futuro. En esta maravillosa promesa Dios quiere que estemos convencidos, más allá de toda duda, de que lo que tiene planeado para nosotros representa nuestro bienestar, no "calamidades" (como dice otra versión). Yo sé que no es fácil. Muchas veces nos cuesta trabajo confiar en Dios—¡que tremendo, ¿no?! ¡Siendo nuestro Padre tan confiable! —pero es una realidad. Por eso se esfuerza en darnos seguridad. Por eso concluirá con las palabras: “Yo, el Señor, lo afirmo.”
“A fin de darles un futuro de esperanza.” El propósito de esta promesa es darnos un futuro de esperanza. Muchas veces lo que percibimos como reveses de la vida porque no podemos ver como encajan en los planes perfectos de Dios, minan nuestra esperanza. Es la voluntad de nuestro Padre amoroso que sepamos que todo lo que hace Él por nosotros tiene el fin de darnos un futuro de esperanza.
Así que te animo al inicio de este nuevo año a que recuerdes que los planes que el Señor tiene para ti son planes de bienestar y no de mal.
«Señor, gracias por los planes que tienes para mi vida en este 2025. Ayúdame a confiar en lo importante que es para ti mi bienestar y que yo sepa que tienes un futiro de esperanza para mi. Amén.»
Comments