¡Permanezcan!
- Jenny Monteverde
- 26 may
- 2 Min. de lectura
Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Pues una rama no puede producir fruto si la cortan de la vid, y ustedes tampoco pueden ser fructíferos a menos que permanezcan en mí.
Ciertamente, yo soy la vid; ustedes son las ramas. Los que permanecen en mí y yo en ellos producirán mucho fruto porque, separados de mí, no pueden hacer nada. Juan 15:4-5
El Domingo en todos nuestros campus estuvimos hablando del fruto del Espíritu Santo y como éste es producido en nosotros de una manera sobrenatural. Y si bien sí necesitamos esforzarnos por cultivar el fruto y esta es nuestra responsabilidad como cristianos, nuestro enfoque no debe estar en esforzarnos para producirlos, sino que nuestro enfoque debe estar en esforzarnos por estar conectados a la vid, a la fuente de vida, como nos menciona Jesús en estos versículos.
Jesús es la fuente de vida, Jesus es la vid y si no estamos conectados a él en nuestra comunión diaria, el Espíritu Santo no podrá producir en nosotros el fruto y por lo tanto no podremos dar fruto que de gloria a su nombre.
Ayer domingo les contaba la ilustración de como cuando queremos plantar un árbol tenemos que cavar para hacer un buen hoyo, tenemos que cavar un hoyo profundo. A veces el terreno o la tierra es muy dura y es mas difícil que la pala penetre la tierra y se necesita de más esfuerzo fisicamente, pero cuando finalmente haces el hoyo puedes plantar el árbol y lo riegas y cultivas para que este pueda dar su fruto.
Así es con el Espíritu Santo. La tierra es nuestro corazón que necesita estar rendido a El, a Jesús, para que él pueda trabajar nuestro corazón a veces duro y entonces pueda dar ese fruto. Esta semana El Espíritu Santo me mostraba la palabra PROFUNDO. El quiere cavar profundo en nuestros corazones para que finalmente pueda quitar esa limitante que no nos deja avanzar y ser verdaderamente libres, pero necesitamos rendirnos a Jesús y permanecer en él, para que el Espíritu Santo pueda producir en nosotros ese fruto maravilloso.
«Señor Jesús, hoy me rindo delante de ti; quiero estar y permanecer en tu presencia; quiero que tu Espíritu Santo produzca ese fruto en mi; quiero ser libre de cualquier limitante que no me deja avanzar. Necesito de tu ayuda. Ayúdame a permanecer pegado a ti, a no alejarme de ti. Espíritu Santo, produce en mi el querer como el hacer, ayúdame a depender de ti y rendirme ante ti cada día. Amén.»
Comments