No Apaguen el Espíritu
- Daniela Orozco
- 12 may
- 2 Min. de lectura
No apaguen el Espíritu, no desprecien las profecías, sométanlo todo a prueba, aférrense a lo bueno, eviten toda clase de mal. 1 Tesalonicenses 5:19-22 (NVI).
Esta advertencia de Pablo es muy importante para nosotros ahora que arrancamos la serie de Camino a Pentecostés porque queremos disponernos a buscar al Espíritu, a ser dirigidos por Él y dejarlo actuar en nosotros y a través de nosotros. Sin embargo, si la Biblia nos advierte “no apaguen el Espíritu” es porque existe la posibilidad de que lo hagamos.
Por supuesto que esto no significa que nosotros somos más poderosos que Él, ni tampoco significa que Él no puede actuar sin nosotros. Afortunadamente, también hay momentos en los que el Espíritu simplemente irrumpe, cuando Él llega a pesar de nosotros, incluso a rescatarnos de nosotros mismos, pues Él es Dios soberano y todopoderoso.
Sin embargo, dentro de toda Su soberanía, Él mismo decidió colaborar con nosotros, por lo cual sí podemos apagar su mover. Podemos ignorarlo, podemos menospreciar Su obra a través de otras personas, podemos ignorarlo cuando nos impulsa a hacer o decir algo, podemos entristecerlo pecando deliberadamente.
Por esto, creo que la advertencia de Pablo es especialmente importante en este tiempo en el que, juntos como iglesia, queremos enfocarnos en buscarlo. Me parece que los versículos del 20 al 22 en esta cita nos muestran maneras en las que podemos apagar al Espíritu: despreciar o burlarnos de las profecías, burlarnos de cosas que nos parecen ridículas a nosotros y pensar que “Dios nunca haría eso”, aceptar sin filtro todo lo que vemos o escuchamos a nuestro alrededor, despreciar lo bueno sin aferrarnos a ello aunque sea difícil y costoso, no evitar el mal, sino más bien irnos con la corriente.
Pienso que es un tiempo en el que el Espíritu nos está invitando a ser conscientes de Su presencia y dejarnos mover por Él. Basta con estar dispuestos, no se espera que sepamos todos los cómos, sino que estemos dispuestos y seguramente Él mismo nos irá marcando el camino.
«Señor, perdónanos por todas las veces en las que sí te hemos ignorado y desobedecido. Ayúdanos a estar atentos a ti en este tiempo y déjanos ser usados por Ti. Amén.»
Comments