Dicen que una creencia es algo que tenemos y una convicción es algo que nos tiene. Algo que gobierna totalmente nuestra voluntad. No sé si es una diferencia real o artificial, pero el hecho es que las creencias parecen ser fáciles de abandonar cuando las cosas se ponen difíciles. Las convicciones profundas son las únicas que nos pueden transformar. Son verdades que creemos “a pie juntillas” contra viento y marea. A pesar de lo que veamos o no veamos.
Volvemos al clásico de clásicos, Hebreos capítulo 11: El Capítulo de la la Fe. Este maravilloso capítulo arranca con esta increíble declaración: “Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Heb. 11:1 NBLA). Noten bien como habla de una certeza de lo que “se espera.” Y Romanos 8:24 (NVI) dice: “Pero la esperanza que se ve ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene?” Si ya viéramos en nuestras vidas todo lo que Dios dice que somos ya no viviríamos por fe, ni por esperanza. “¿Cómo seguir esperando lo que ya se tiene ante los ojos?” dice la BLP.
Cuando la Biblia dice que somos nuevas criaturas o “un ser nuevo que ha dejado lo viejo atrás y está totalmente renovado” si ya lo viéramos por completo en cada área de nuestra vida. Si no viéramos “áreas de oportunidad,” donde todavía esa renovación no es tan evidente, no necesitaríamos echar mano de la fe, ni de la esperanza. Pero esas áreas de oportunidad son las que nos animan a depender completamente de Dios y declarar sus verdades llenos de fe y convicción a pesar de los “huecos.”
Así que a pesar de lo que veo en mi vida, decido creer que soy una nueva criatura. ¡Pero, no es una decisión irracional en la que cierro los ojos, aprieto los dientes y le doy pa' delante! Ciertas realidades fundamentales me son presentadas en la Escritura. Respaldadas por el testimonio de generaciones de creyentes.
Se trata de actuar sobre la base de lo que creo, al estilo de 2 Corintios 4:13, “Escrito está: «Creí, y por eso hablé.» “Con ese mismo espíritu de fe también nosotros creemos, y por eso actuamos”—dice Pablo. Es como cuando le dices a alguien: “¿Crees que este puente te aguante?” Si realmente lo crees, lo cruzaras.
Muchas gracias por tus comentarios.
Hay una película que se llama onward , olvide el nombre en español, es de animación. Muy buena , muy geek. El personaje principal tiene que cruzar un abismo, el problema es que el hechizo que lo ayuda a cruzar es un puente de fé, no se ve y solo funciona si él cree en cada paso que da sobre el abismo que hay algo ahí que le sostendrá el siguiente , tu última frase me hizo recordar lo mucho que me impacto esa escena, así es la vida, como Pedro sobre las olas.