Ayer estuvimos en nuestra hermosa iglesia de Brisas. Yessi compartió el mismo mensaje que se compartió en todos los campus de IPV. Nuestra convicción de que plantamos iglesias para alcanzar al mundo con el Evangelio, pero además, al conectar nuestras iglesias unas con otras creamos una red que multiplica exponencialmente la efectividad con la cual podemos alcanzar al mundo.
El mensaje era básicamente que necesitamos colaborar unas iglesias con otras dentro de la gran familia IPV. Pero, a la gente de Brisas le cuesta trabajo imaginar cómo pudieran llegar a aportar al resto de la familia. Ellos viven en una zona muy pobre de la ciudad y no tienen recursos económicos abundantes. Sin embargo están deseosos de aportar. Y lo que Yessi les decía ayer es que tienen mucho que contribuir al crecimiento de nuestro pequeño movimiento.
Les mencionaba el ejemplo de los macedonios en 2 Corintios capítulo 8:
Hermanos míos, queremos contarles cómo Dios ha mostrado su amor y su bondad a las iglesias de la región de Macedonia. Estas iglesias han pasado por muchas dificultades, pero están muy felices. Son muy pobres, pero han dado ofrendas como si fueran ricas. Les aseguro que dieron todo lo que podían, y aun más de lo que podían (vv. 1-3).
Esta es la razón por la que desde el principio que se fundó la iglesia de Brisas se les enseñó a dar y son muy generosos, Y su modesta contribución es sumamente preciada por lo que representa en el esquema de sus ingresos. Es como la viuda que dio las dos moneditas y dio más que aquellos que daban grandes cantidades de lo que les sobraba (Lucas 21).
En Brisas, como en otros sectores de IPV, son como los macedonios. Pablo añade en referencia a estos últimos: “No lo hicieron por obligación, sino porque quisieron hacerlo, y hasta nos rogaron mucho que los dejáramos colaborar en esta ayuda al pueblo de Dios. Hicieron más de lo que esperábamos.” (vv. 3b-5). Tuvieron que rogar porque al principio ni Pablo captaba que debía aceptar lo que aportaban aunque representara tanto de sus ingresos.
Pero además, Yessi los animaba a contribuir con sus manos. Con su trabajo y su experiencia en esas áreas en las que son hábiles artesanos, constructores, electricistas y muchas cosas más.
La verdad es que el mensaje los animó mucho y les abrió los ojos en cuanto a empezar a ver que son parte de una familia más grande y que tienen cosas muy valiosas que contribuir.
Tú y yo y todos tenemos muchísimo que aportar a lo que estamos haciendo juntos.
Gracias por tus comentarios.
¡Que maravilloso como Dios nos permite contribuir entre todos nosotros y de unos a otros! Estoy tan agradecida con Dios por pertenecer a esta gran familia!