Lucha Libre
- Gabriel Miyar
- hace 3 días
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Así que les digo: vivan por el Espíritu y no sigan los deseos de la carne; porque esta desea lo que es contrario al Espíritu y a su vez el Espíritu desea lo que es contrario a ella. Los dos se oponen entre sí, de modo que ustedes no pueden hacer lo que quieren. Pero si los guía el Espíritu, no están bajo la Ley. Gálatas 5:16-18 (NVI).
Lo que Pablo esta diciendo es que no le demos por su lado a la carne, que no le sigamos la onda. Que no la obedezcamos, porque ahora tenemos el poder de no hacerlo porque el Espíritu Santo está en nuestro interior. Si le damos oportunidad, el Espíritu no nos dejará hacer lo que queramos (que normalmente es seguir los dictados de la carne).
‘Sigan al Espíritu, no sigan a la carne’ —nos dice Pablo. Ese es el proceso de santificación en el Nuevo Testamento. ‘Sigan la dirección del Espíritu, rechacen la dirección de la carne, los deseos de la carne, los anhelos de la carne. Ahora tienen el poder porque son libres; Cristo los ha hecho libres de la esclavitud, por lo tanto ya no son esclavos a la ley.’
Y en seguida, para que entendamos mejor, Pablo nos lo explica con peras y manzanas. O sea, nos da varios ejemplos de las obras de la naturaleza pecaminosa, por si teníamos duda:
Las obras de la carne se conocen bien: inmoralidad sexual, impureza y libertinaje; idolatría y hechicería; odio, discordia, celos, arrebatos de ira, rivalidades, desacuerdos, sectarismos y envidia; borracheras, orgías y otras cosas parecidas. Les advierto ahora, como antes lo hice, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Gal. 5:19-21.
Y luego todavía sigue Pablo con peras y manzanitas:
En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas. Gál. 5:22.
No hay ley que condene estas cosas. Ni tampoco que las pueda producir, creo que es el pensamiento completo de Pablo.
Obras de la Carne V.S. Frutos del Espíritu. Yo me los imagino como luchadores en el cuadrilátero. Entonces, aquí están algunos de los contrincantes:
¡En esta esquina tenemos a inmoralidad sexual, impureza y libertinaje V.S. Fidelidad! ¡Montoneros! Tres contra uno, porque contra esos tres pecados de la carne hay un fruto del Espíritu, la fidelidad. Pero, es una luchadora de gran fuerza.
¡Odio, discordia y celos V.S. Amor! Pero, Amor va a acabar con ellos porque Amor es muchísimo mas poderoso que esos tres. De hecho es el más luchador más poderoso de todos.
«Señor, suminístrame más y más de tu Espíritu, y enséñame a poner mi obediencia de su lado y en contra de los impulsos de mi carne. Te lo pido porque quiero agradarte. En el nombre de Cristo Jesús. Amén.»
Dulce y fiel Espíritu Santo: Mi vida está rendida a ti y por Fe, me apropio de tu Llenura y Poder, en el nombre de Jesús Amén.