Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados; yo les daré descanso. Mateo 11:28 (NVI).
Ayer Robbie nos compartía una muy buena reflexión acerca de la generosidad, contándonos ese episodio real de la exuberante generosidad de Shaq O’ Neal. También mencionó que Marco Suárez había dicho en Patria que, “nunca podrás dar el perfume de nardo [Juan 12] si no has experimentado el sentimiento de dar las únicas dos monedas que tienes [Marcos 12].” ¡Wow!
Sé de primera mano que en todos los campus de IPV el mensaje de ayer estuvo poderoso, porque estuve con ellos un jueves antes mientras ellos compartían sus bosquejos y sus aportaciones. En Norte, Jorge Urrea, miembro del equipo pastoral de este campus, nos compartió un mensaje sobresaliente y poderoso (espero que lo cheques en el Podcast de IPV Norte).
Los principios de Dios respecto al valor del dinero y el trabajo como medio de provisión —nos decía Jorge— encierran dos conceptos contrastantes (parecen opuestos, pero en realidad son complementarios).
Por un lado, Jesús explica en la Parábola de los Talentos (Mateo 25:14-30) el concepto de la responsabilidad en el uso (laboral) de los recursos que Dios pone en nuestras manos.
Y, por otro lado, Dios nos invita a ir a Él y descansar bajo su yugo:
»Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados; yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana» (Mateo 11:28-30).
Tendemos a pensar en el descanso como “el tiempo de vacaciones” que interrumpe el ciclo de trabajo. Trabajo/descanso/trabajo/descanso. Pero, Jesús nos invita a ir a él para descansar y nos ofrece su yugo. Pero, el Yugo es en esencia una herramienta de trabajo. ¡Nos está invitando a descansar poniéndonos encima una herramienta de trabajo!
¿Será que Dios nos está invitando a poder descansar mientras trabajamos al hacerlo en Su ritmo? Tú sabes el yugo es para dos. Y el “cónyuge” (que de ahí viene la palabra) que guía, marca el ritmo. El yugo hace que no podamos ni atrasarnos, ni adelantarnos. Nos fuerza a caminar a Su paso. Un paso que no cansa el alma.
La palabra ‘descanso’ del v. 29 proviene de la palabra griega anapauo que significa “refrescarse.” Un descanso del alma, descansar en Dios mientras trabajamos con Él. Es un tipo de descanso diferente, es descansar consistentemente en “los ritmos no forzados de la gracia,” como lo pone The Message.
Esto me ha ayudado—nos dijo Jorge— a balancear la tensión que vivo entre la cultura del esfuerzo en el trabajo y la invitación de Jesús a llevar una vida libre de estrés y agotamiento profundo y desgastante.
«Señor pon en mi un corazón generoso, desprendido de los bienes de este mundo. Ordena mis prioridades y mi vida financiera para poder esta libre de toda atadura y caminar en libertad con un estilo de vida generoso.»
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