Vuélvete a mí y ten misericordia de mí,
porque estoy solo y profundamente angustiado.
Mis problemas van de mal en peor,
¡oh, líbrame de todos ellos!
Sal. 25:16-17
La soledad es hermana de la angustia y hace que veamos los problemas gigantes, pues no tienes la perspectiva de alguien cercano que te diga: “estás alucinando… estás haciendo gigantes de simples enemigos.”
La soledad es muy difícil de sobrellevar. Y muchas veces a la persona que se halla solitaria no le es tan fácil expresarlo. Lo último que quiere es que le brinden amistad por lástima. Pero, la respuesta de Dios para soledad humana es Su iglesia. Después de todo:
Dios ubica a los solitarios en familias. Salmo 68:6a
Aunque Dios [en Cristo] es más que suficiente para aliviar la soledad, el versículo no dice: ‘Dios elimina la soledad de los solitarios’, que pudo haberlo dicho porque tiene poder para hacerlo. En vez de esto, dice: “Dios ubica a los solitarios en familias.” La respuesta para la soledad humana es la familia en Cristo, la iglesia local.
Cuando las familias en una iglesia local están lo suficientemente sensibilizadas al problema de la soledad, las cosas cambian radicalmente. Yo recuerdo cuando mi familia nos entregamos a Cristo y mi hogar se convirtió en un centro de reunión para muchos de nuestros amigos jóvenes, una de las razones por las cuales eran atraídos, especialmente los más solitarios, es que estar en nuestro hogar era una manera de experimentar la familia que no podían experimentar en casa (algunos de sus hogares eran bastante disfuncionales y en otros el padre estaba ausente). Casi siempre había alguien en casa además de nosotros. No era raro llegar a casa y hallarnos a algún joven desconocido para luego descrubrir que era el amigo de un amigo que se le había pegado.
Muchas veces, cuándo los servicios dominicales acaban y todo el mundo se ha retirado queda por ahí alguien desbalagado y me bendice mucho ver a algunas familias llevárselo a comer y a pasar una tarde de domingo con ellos, es muy alentador y crea una cultura de verdadera comunidad bíblica.
Cuando una iglesia local entiende su papel como refugio para las personas solitarias y no es solo una colección de individuos que están buscando su propio bienestar personal, el impacto es de largo alcance.
Permítele al Señor sensibilizarte al dolor de la soledad y que abra tus ojos para reconocer a esas persona solitarias que Dios pone en tu camino. Y si tú eres una persona que batalla con la soledad debes saber que estás en el lugar correcto y que Dios no te ha olvidado y por eso está moviendo a su familia a ser sensible a tu necesidad.
«Señor muchas gracias por abrir este tema y por hacernos conscientes de esta necesidad. Llegamos por medio de tu Espíritu Santo a traer un poco de alivio donde más se necesita, amén.»
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