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La palabra es mi aliento

  • Foto del escritor: Daniela Orozco
    Daniela Orozco
  • 3 oct
  • 2 Min. de lectura

Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar. Ella es mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado. Salmos 119:49-50 RVR 1960


No pierdas de vista mis palabras; guárdalas muy dentro de tu corazón. [22] Ellas dan vida a quienes las hallan; son la salud de todo el cuerpo. Proverbios 4:21-22 NVI


En estos días hemos hablado acerca de la importancia de la lectura de la Biblia en la vida de los creyentes, pues la que nos da un diagnóstico de la condición de nuestros corazones, también es la que nos dice el tratamiento que necesitamos para vivir una vida que le agrada a Dios y hoy quiero hablar de como la Biblia es una de las principales maneras en las que Dios nos anima y fortalece.


Como vemos en los pasajes de esta reflexión, la Palabra de Dios nos da ánimo cuando estamos abatidos y nos fortalece cuando nos sentimos débiles. Esto es muy importante porque seguramente pasaremos por momentos en nuestra vida cristiana cuando necesitemos ánimo porque estamos viviendo algo difícil y una sola Palabra de Dios tiene el poder de levantarnos.


Además, la Palabra de Dios tiene la capacidad de crear, tal como Dios creó el universo por medio de Su Palabra. Así también, Su Palabra escrita (La Biblia) tiene poder para crear en nosotros cosas, especialmente, puede crear fe en nuestros corazones. Cada vez que leemos cosas acerca de lo que Dios es, podemos conocerlo mejor y descansar en Él. De la misma manera, cada vez que leemos cosas acerca de lo que Dios hace, podemos creer más en las que cosas que Él es capaz de seguir haciendo.


Incluso, cuando tengamos dudas, es muy probable que el Espíritu de Dios utilice los pasajes que leemos en la Biblia para respondernos y es sorprendente experimentar que lo que leemos en la Biblia combina con lo que estamos viviendo.

Si tú estás pasando por un momento en el que te urge escuchar de Dios, lee la Biblia. Y si estás viviendo un tiempo tranquilo y quieres conocer más a Dios, lee la Biblia.


Señor, que podamos apreciar más la maravilla de tener acceso a Tu Palabra, provoca en nosotros hambre por leerla y por favor haznos sensibles a Tu voz a través de lo escrito. Amén.




 
 
 

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