No se olviden de practicar la hospitalidad, pues gracias a ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles. Hebreos 13:2 (NVI)
Antenoche llegaron nuestros invitados para el Encuentro de Líderes y Voluntarios IPV*. Esta vez recibimos a las cuatro parejas que nos visitan en hogares de líderes y desde la primera noche ha sido una bendición. Ayer tuvimos un tiempo maravilloso en Chapala y Ajijic. Alan y Rynelle nunca habíanestado en el México más allá de Baja California y estaban felices con todo y disfrutando la hospitalidad y la comida. Esto me da pie para hablar de ese tipo de generosidad que es la hospitalidad.
La hospitalidad es una virtud que aún en las culturas paganas de la antigüedad era considerada muy importante. En la Biblia es tan importante que se dice que tiene consecuencias eternas. “Fui extranjero, y me invitaron a su hogar” (Mateo 25:35), ‘por eso, basados en esa fe activa, ahora yo los invito al mío en el Cielo’ (algo teólogicamente similar a esto).
La hospitalidad de los dos seguidores de Jesús que iban camino a Emaús en Lucas 24 les reveló a Jesús resucitado. Si ellos no le hubieran pedido a Jesús (¡y no sabían que era él!) que se quedara en su casa a pasar la noche esto no habría sucedido. Ellos bien pudieron haberse despedido del “extraño” sin invitarlo a quedarse. Yo, en su lugar, podría haber fallado en eso y ¡oh tragedia! Tendría que creerles a los demás que resucitó y llegar tarde al festejo como Tomás.
La hospitalidad de la mujer sunamita en 2 Reyes 4 para con el profeta Eliseo (a quien le hizo un cuarto para quedarse en su hogar regularmente), atrajo la maravillosa bendición de concebir de su marido un hijo, cuando antes habían sido estériles.
La hospitalidad implica compartir un espacio en nuestros hogares donde dormir y alimentos que comer, y proveer las atenciones necesarias, sin que se trate de ofrecer lujos. Sólo lo adecuado. La hospitalidad genera inconvenientes, sin duda. Es más cómodo no molestarse, por eso muchas personas no la practican. Pero las bendiciones de hospedar, personas en nuestros hogares, sobrepasan con mucho cualquier inconveniencia. Y si se trata de creyentes, la bendición de compartir de cerca la vida que Jesús nos da.
En nuestro caso es una gran bendición porque estamos compartiendo con creyentes de otra cultura nuestras historias de nuestro caminar con Cristo y nuestras experiencias con él y las de ellos con nosotros y también maneras de servir en nuestro contexto. Es todo del corazón. Como hemos dicho de la generosidad en general, la hospitalidad comienza en el corazón.
«Señor Jesús, enséñanos las bendiciones y alegrías de ser hospitalarios y cómo estas sobrepasan cualquier inconveniencia. Amén.»
*Si tienen cualquier interés en servir están invitados --mañana, Sábado 22 de febrero; 10 am. a 5 pm. en Patria.
Al hospedar compartes y aprendes de los que invitas es una gran experiencia.