Juntos para una Vida Nueva
- Daniela Orozco

- 31 oct
- 2 Min. de lectura
¿Qué concluiremos? ¿Vamos a persistir en el pecado para que la gracia abunde? ¡De ninguna manera! Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo podemos seguir viviendo en él? ¿Acaso no saben ustedes que todos los que fuimos bautizados para unirnos con Cristo Jesús en realidad fuimos bautizados para participar en su muerte? Por tanto, mediante el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte. De modo que, así como Cristo resucitó por el glorioso poder del Padre, también nosotros andemos en una vida nueva. Romanos 6:1-4
El bautismo es el paso natural que damos después de entregar nuestras vidas a Cristo. Y representa una verdad muy profunda: hemos muerto con Cristo, nuestra naturaleza pecaminosa ya no nos domina y ahora vivimos para Dios.
Lo mejor de esto, es que nuestra esperanza está en que también vamos a resucitar con Él. Que cuando llegue nuestro momento de partir de esta tierra, vamos a disfrutar eternamente de la presencia de Dios en el cielo, donde ya no habrá tribulación, ni enfermedad, ni dolor, ni sufrimiento.
Mientras tanto, lo que nos corresponde hacer es, en palabras de Pablo, andar en una vida nueva. Este es el verdadero reto. El bautismo es una señal externa de una realidad interna que sucede en nosotros al rendir nuestras vidas a Cristo: nuestra naturaleza pecaminosa muere y nacemos de nuevo con una naturaleza renovada. Por supuesto que seguimos teniendo una batalla para dejar el pecado y algunas veces terminamos cediendo ante la tentación.
Pero también es cierto que sí se espera de nosotros que empecemos a desarrollar un estilo de vida nuevo. Sin llegar a la perfección, pero sí avanzando cada día hacia la santidad. Afortunadamente, tenemos el poder del Espíritu Santo que vive en nuestro interior, quien nos da el poder de traer a la vida práctica esta realidad espiritual.
Seguramente, si recuerdas tu vida pasada, antes de Cristo, podrás darte cuenta de cambios que has tenido, desde cosas que hacías y ya no haces, hasta gustos diferentes. Este es el poder de nacer de nuevo.
«Señor, gracias por hacernos nacer de nuevo, por transformar nuestra naturaleza y unirnos a Cristo. Ayúdanos para que nuestras vidas reflejen esta realidad espiritual. Amén.»

LINKSPACE777
BLOGGER777
LAPAKBET777ME
LAPAKBET777COM
LAPAKBET777RESMI
LAPAKBET777LOGIN
ALTERNATIFLAPAKBET
LAPAKBET777DAFTAR
LAPAKBET777OFFICIALL
LAPAKBET777VVIP
SITUSGACOR
LAPAKBET777
LAPAKBET777ALTERNATIF
GACORHABIS
LAPAKBET777TOTO