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Junto con Toda tu Casa

Foto del escritor: Gabriel MiyarGabriel Miyar

—Cree en el Señor Jesús y serás salvo, junto con todos los de tu casa. Hechos 16:31


Me encuentro en Charcas, San Luis Potosí, en el hogar de Martín Rosas, el pastor de la iglesia IPV Plantíos de Dios. Ayer no pude acompañar al equipo de Yessi que fue a visitar a las chicas de la misión IPV de Tepetate porque tenía que preparar el mensaje del domingo, un mensaje muy importante para IPV.


Por lo mismo, tuve el placer de comer con los papás del pastor Martín. Su mamá, a quien conocemos cariñosamente como “Mamá Coco”, me platicó cómo conoció al Señor —Me encantan las historias de como las personas conocen a Jesús. Y esta es una historia fascinante que ilustra perfectamente lo que estamos diciendo sobre marcar una diferencia en tu mundo (acuérdate, no se trata de cambiar al mundo, sino de cambiar tu mundo, tu esfera de influencia en esta vida).


Mamá Coco siempre sintió hambre de conocer a Dios más allá de lo que la religión tradicional ofrece. Dice que por su casa pasaba gente los domingos que se reunía un poco más arriba en una iglesita cristiana y que ella siempre sentía la curiosidad de saber que los hacía ir a reunirse con tantas ganas.


Un día ella estaba lavando la ropa y se sentó unos minutos para descansar, volteó a ver el cielo y dice que estaba de un azul intenso con unas nubes hermosas y pensó: “Dios, que hermoso es todo lo que has hecho,” cuando de repente una nube tomó la forma de Jesús como pastor con su cayado y todo. Ella se impresionó tanto que le dijo a Dios: “Señor, si tú quieres que yo te conozca haz que me inviten a la iglesia.”


Al tercer día, exactamente, un predicador que vino a la iglesita, se hospedó en su hotel (los Rosas tienen un hotel aquí en Charcas). Sin más ni más, el predicador la invitó a la iglesia. Ella supo que era la respuesta inmediata y sobrentaural de Dios, así que fue con dos de sus hijas y quedó fascinada. De hecho su hija, Socorro, saliendo de la reunión le dijo a su mamá: “Mamá, por favor, sóstenme.” Mamá Coco le contestó: “¿Te sientes mal?” Pero, Socorro le dijo: “¡Siento que no estoy pisando el suelo!” Hasta la fecha ella y su marido son creyentes apasionados que sirven al Señor en Monterrey. Don Rafa y Mamá Coco tienen ocho hijos. Todos, excepto uno (todavía), siguen al Señor y uno de ellos es pastor, nuestro querido pastor Martín.


Te animo a que busques cambiar tu mundo y marcar una diferencia en la vida de las personas, muy especialmente tu familia… por generaciones.

 
 
 

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