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Inteligencia Espiritual

  • Daniela Orozco
  • hace 7 días
  • 2 Min. de lectura

Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, 10 para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios. Colosenses 1:9-10 (RV60)


Hemos estado hablando de Jesús como un hombre brillante, capaz de responder las preguntas más difíciles, de maravillar a multitudes con sus enseñanzas, de desafiar el entendimiento de las personas más religiosas, incluso de superar cualquier trampa argumentativa de sus oponentes, y todo con el propósito de llegar a admirarlo más, pues nuestra cultura valora mucho la inteligencia lógica-racional.


Por otro lado, mucho se ha dicho actualmente sobre la inteligencia emocional y lo esencial que es desarrollarla para tener una vida exitosa. En esta área vemos que Jesús también sobresalió, Él era capaz de sentir una empatía profunda por las personas con las que se relacionaba y también era capaz de mantener la calma para enfocarse en su misión.


Sin embargo, creo que hablamos poco de la inteligencia espiritual, que puede ser definida como la capacidad de discernir la presencia de Dios, Su voluntad y actuar en congruencia con esto. Por supuesto que en esto también vemos a Jesús como el mejor ejemplo a seguir. En muchas ocasiones Él aseguró que hacía y decía únicamente lo que escuchaba del Padre, lo vemos siempre buscando Su voluntad y obedeciendo lo que le revela, llegando incluso hasta la cruz por obediencia al Padre.


En esta época, es muy fácil tener acceso a todo tipo de conocimiento, hasta podemos pedirle a la IA que nos diga lo que dice la Biblia sobre un tema en específico y en segundos lo sabremos. Aun así, la inteligencia espiritual es algo que solo Dios nos puede dar y depende de desarrollar nuestra relación con Él, no hay atajos en esto, viene solo de tener una relación viva con el Espíritu. Si nosotros queremos ser capaces de discernir en donde está la presencia de Dios (y en donde no), cuál es Su voluntad para nosotros en una situación especifica y cómo cumplir el llamado que Él nos dio, necesitamos desarrollar nuestra inteligencia espiritual pasando tiempo a diario en Su presencia.


«Dios bueno, ayúdanos a crecer en inteligencia de manera integral, que podamos reflejar mejor a Jesús y podamos discernir cada vez Tu voluntad. Amén.»

 
 
 

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