Haciendo Zanjas
- Daniela Orozco

- 28 may
- 2 Min. de lectura
Les daré un nuevo corazón y derramaré un espíritu nuevo entre ustedes; quitaré ese corazón de piedra que ahora tienen y les pondré un corazón de carne. Infundiré mi Espíritu en ustedes y haré que sigan mis estatutos y obedezcan mis leyes. Ezequiel 36:26-27 (NVI)
Algo más que podemos ver del fruto del Espíritu es que es uno solo y se manifiesta en diferentes maneras:
—Amor, gozo y paz. Hablan de nuestra relación/devoción a Dios.
—Paciencia, amabilidad, bondad. Hablan de nuestra relación con otros.
—Fidelidad, humildad y dominio propio. Se relaciona con nosotros mismos. Hablan de un carácter cristiano sólido.
De hecho, todo el fruto del Espíritu se resume en Jesús, cada vez que cultivamos nuestra relación con Dios, el Espíritu nos transforma más a la imagen de Jesús. Esta es la gran promesa de Dios.
Si tú has estado enfocado en cambiar tu conducta, muy probablemente estés frustrado, porque no somos capaces de cambiarnos a nosotros mismos. Pero no es magia, sí hay algo que debemos hacer. Por eso dice:
No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra. El que siembra para agradar a su carne, de esa misma carne cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna. No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos. Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos bien a todos y en especial a los de la familia de la fe. Gálatas 6:7-10 (NVI).
Nuestros esfuerzos sí tienen un papel esencial, nos toca perseverar, luchar contra nuestra carne, buscar al Espíritu Santo constantemente sin darnos por vencidos, hasta que veamos un cambio en nosotros. Como nos dijo el pastor Robbie el domingo, a veces, se trata de "abrir zanjas":
—Así dice el Señor: “Abran zanjas por todo este valle, pues aunque no vean viento ni lluvia —dice el Señor—, este valle se llenará de agua, de modo que podrán beber ustedes y todos sus animales.” 2 Reyes 3:16-17
A veces, vas a voltear y te vas a seguir viendo sin fruto, por eso se trata de perseverar. Hacer zanjas es profundizar en nuestra santidad, con la esperanza de que llegarán “las aguas,” cuando después de estar perseverando y perseverando, ¡de repente Dios se manifiesta! Ese es nuestro anhelo y para eso nos preparamos.
«Señor, no me dejes darme por vencido; ayúdame a perseverar, yo sé que mis esfuerzos no son en vano, aunque, a la vez, sé que no soy yo quien produce este fruto maravilloso, sino tu Espíritu Santo que está en mi. Y con esa esperanza persevero cada día.»

LINKSPACE777
BLOGGER777
LAPAKBET777ME
LAPAKBET777COM
LAPAKBET777RESMI
LAPAKBET777LOGIN
ALTERNATIFLAPAKBET
LAPAKBET777DAFTAR
LAPAKBET777OFFICIALL
LAPAKBET777VVIP
SITUSGACOR
LAPAKBET777
LAPAKBET777ALTERNATIF
GACORHABIS
LAPAKBET777TOTO
Si, Amén
Ayúdanos Señor a perseverar