Enfrentar la tentación

Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu al desierto. ² Allí estuvo cuarenta días y fue tentado por el diablo. No comió nada durante esos días, pasados los cuales tuvo hambre…

—Está dicho: “No pongas a prueba al Señor tu Dios”—respondió Jesús.

¹³ Así que el diablo, habiendo agotado todo recurso de tentación, lo dejó hasta otra oportunidad. Lucas 4:1-2 y 12-13 (NVI)

Este pasaje nos narra la historia de la tentación de Jesús, ese momento en que estaba en el desierto y fue puesto a prueba por el diablo, quien esperaba encontrar la manera de desviar a Jesús de la misión para la que había venido a la tierra.

De entrada, algo que podemos aprender de este pasaje es que el diablo es real y que de verdad puede ponernos tentaciones. Creo que es importante darnos cuenta de que el diablo no obligó a Jesús a pecar, sino que le planteó ideas bastante convincentes para que Jesús mismo tomara la decisión de desviarse del plan del Padre. Eso mismo es lo que hace con nosotros, él no nos obliga a pecar, sino que nos lanza ideas que tienen mucho sentido para que nosotros solitos decidamos salirnos de la voluntad del Padre.

Además, podemos aprender de Jesús la manera correcta de responder. Él conocía la Palabra y conocía bien al Padre, así que pudo responder con verdades más profundas que las que el diablo dijo y conocía tanto al Padre que podía confiar en que Su voluntad siempre es buena. Lo mismo se espera de nosotros, necesitamos conocer bien el Padre para que podamos confiar plenamente en Él y debemos conocer Su Palabra para poder defendernos de los ataques del enemigo, que son reales y poderosos.

Entonces, la siguiente vez que sientas la tentación de desviarte de la voluntad del Padre, detente un momento. Dedica unos momentos en oración para que puedas ver que esa no es tu única opción, sino que tienes una manera de seguir dentro de la voluntad de Dios. Y persevera en tu lectura de la Biblia, así vas a ir acumulando conocimiento para el día en que necesites defenderte con la verdad.

"Señor, gracias porque siempre nos das una salida de la tentación, ayúdanos a mantenernos firmes en Tu voluntad y háblanos a través de Tu Palabra. Amén."