Enfocados en Dios
- Gabriel Miyar
- 28 may 2024
- 2 Min. de lectura
Así que, sea que coman o beban o cualquier otra cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios. 1 Cor. 10:31
La devoción es una actitud del corazón. Es una actitud hacia Dios y está compuesta de tres elementos esenciales como veíamos el domingo: (1) El temor de Dios, (2) la convicción de ser amados por Dios y (3) un intenso deseo por Dios (hablo de una persona que sólo está satisfecha con Dios, pero nunca está satisfecha con su experiencia actual de Dios. Siempre está deseando más).
Veremos esos tres componentes de la devoción a Dios los próximos tres domingos. Nuestros diferentes pastores y pstoras locales y otros predicadores y pedicadoras de IPV estarán tocando estos tres importantes temas sucesivamente.
La práctica de una vida completamente dedicada a Dios es un ejercicio o disciplina que se enfoca en Dios. A partir de esta actitud orientada hacia Dios es de donde surge el carácter y la conducta que llamaríamos “devota,” pero que no vamos a llamar así por razones que expuse el domingo. La vamos a llamar una vida dedicada a Dios.
A veces tratamos de desarrollar el carácter y la conducta cristiana sin tomar el tiempo para desarrollar una vida centrada en Dios. Tratamos de agradar a Dios sin tomar el tiempo de caminar con él y desarrollar una relación. Esto nunca funcionará. Veíamos que Enoc caminó con Dios, es decir mantuvo una relación íntima con él. Y de esta relación surgió su gran compromiso a llevar una vida agradable a Dios.
Considera por un momento los grandes requerimientos de un estilo de vida dedicado a Dios tal como los expusiera en su tiempo el gran pastor puritano William Law. Law usa la palabra devoción para lo que nosotros estamos llamando “una vida dedicada” a Dios. Y te darás cuenta que implica tanto actitudes como acciones:
La devoción significa una vida entregada o dedicada a Dios. La persona devota es aquella que ya no vive para su propia voluntad o para las costumbres y el espíritu del mundo, sino únicamente para la voluntad de Dios. Es alguien que considera a Dios en todo, que sirve a Dios en todo, que hace que todos los elementos de su vida ordinaria sean parte de su dedicación a Dios, haciendo todo en el nombre de Dios y buscando únicamente la gloria de Dios.
Nota, por favor, la totalidad de la entrega a Dios en todo lo que conforma la vida de una persona dedicada a Dios. Nada queda excluido. Dios está en el centro de sus pensamientos. Sus quehaceres más ordinarias se hacen con un ojo puesto en la gloria de Dios. Como dice al principio de esta reflexión: “ya sea que coman o que beban, o que hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios.”
Es obvio que es un estilo de vida tan centrado en Dios no se puede desarrollar y mantener sin un fundamento sólido de dedicación a Dios. Sólo una fuerte relación personal con el Dios vivo puede evitar que un compromiso así se haga algo opresivo y legalista.
Pídele al Señor, en tus propias palabras, que te empodere para esta clase de vida.
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