El Valle de los Huesos Secos

La poderosa visión del valle de los huesos secos nos demuestra el poder de Dios para traer vida a lugares donde parecía imposible. En este caso, Dios promete revivir al pueblo de Israel, que ya estaba como muerto en el exilio y sin Su presencia. Únicamente Su Espíritu puede infundir esta vida plena y pura para que puedan estar en comunión con Dios.

Finalmente, Ezequiel es testigo de la fidelidad de Dios cuando puede ver que la gloria de Dios, que se había retirado del templo por la idolatría descarada del pueblo, regresa. Ahora Dios promete habitar permanentemente con Su pueblo y declara que ahora sí van a reconocerlo (“sabrán que Yo soy Dios”). Pero no solamente es una promesa para Israel, Dios promete restaurar a un pueblo que pueda reconocerlo y declarar al mundo entero que Él es Dios, pues Él está comprometido en restaurar a toda la creación, para que toda ella sea el lugar donde habita Su gloriosa presencia.

Lectura bíblica:

Ezequiel 37

Ezequiel 43