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El Siervo Sufriente

  • Daniela Orozco
  • 19 jun
  • 2 Min. de lectura

El Señor continúa anunciando juicios a las naciones, pues todas han pecado, incluyendo a Israel, así que Dios confronta la idolatría y afirma Su soberanía sobre la historia.


Una vez más vemos que la gloria de Dios debe ser proclamada, pero ni Israel ni las demás naciones pueden hacerlo debido a su impureza, de manera que la purificación sigue siendo necesaria, no solamente por el bien de Israel, de alguna nación o individuo, sino por el propósito más grande de la proclamación de la gloria de Dios.


Los lectores atentos de Isaías entenderán que se ha hecho algún tipo de sacrificio propiciatorio y que la ira justa de Dios no simplemente ha desaparecido sino que ha sido redirigida hacia otra víctima. El profeta Miqueas, contemporáneo de Isaías, preguntaba: "¿Puede el aceite sagrado, los becerros engordados, aún nuestros propios hijos tomar el lugar de pecador" (Miq. 6:6-7)? En última instancia la respuesta a cada pregunta es no. Isaías afirma audazmente que hay una persona que puede tomar del pueblo entero (Isa. 53:10-12).


Mi siervo justo hará posible que muchos sean contados entre los justos, porque él cargará con todos los pecados de ellos. (53:11).


Este siervo sufriente es la respuesta de Dios para el pecado de Israel y de toda la humanidad, pues todas las naciones también fueron juzgadas y declaradas culpables, de manera que únicamente el siervo fiel y obediente de Dios tiene la posibilidad de cargar con las iniquidades de todos.


Ahora, hay dos posibles respuestas ante un regalo tan grande: rendir tu vida y aceptar humildemente el regalo del siervo de Dios o rechazarlo y quedarte sin manera de llegar a la gloria de Dios por orgullo.


Lectura bíblica:


Isaías 52

Isaías 53

 
 
 

2 comentarios



heidi.valentinagn
20 jun

Me impresiona gratamente, ver la forma detallada en que Isaías anticipa la expiación de nuestros pecados en nuestro Señor Jesucristo siglos antes de que fuera crucificado. También me abruma el rechazo de las personas a recibir perdón y gracia. Toca: orar y llevar las buenas noticias de salvación. Que Dios me ayude. Amén

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