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El Llamado de Isaías

  • Daniela Orozco
  • 17 jun
  • 1 Min. de lectura

Dios decidió revelar Su gloria a Isaías en una visión impresionante: el vio al Señor sentado en Su trono, rodeado de ángeles que cantaban “Santo, Santo, Santo”. En ese momento, Isaías fue consciente de que la gloria de Dios llena el mundo entero y al mismo tiempo fue consciente de su condición de pecador. ¡Que interesante es que al ver la gloria de Dios podemos ver también nuestra falta de gloria!


En ese momento, Isaías pensó que iba a morir, pues estaba ante la presencia de Dios siendo un pecador que vivía en medio de un pueblo pecador, pero el Señor mismo lo purificó con Su gloria. Dios tenía una misión para Isaías, pero era importante que fuera purificado primero.


De alguna manera, el llamado de Isaías representa el llamado del pueblo de Israel entero, ser enviados por Dios para anunciar Su gloria. Sin embargo, de la misma manera en que Isaías tuvo que ser purificado primero con el fuego del altar de Dios, el pueblo necesita pasar también por esa purificación, pues es la única manera en que una nación pecadora pueda convertirse en la portadora de la verdad de Dios que anuncia Su gloria al mundo entero.


Lectura bíblica de hoy:

Isaías capítulo 6

 
 
 
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