Ayer tuve la alegría de predicar en nuestra amada iglesia de Patria. Mi mensaje fue una conclusión parcial de lo que estuvimos viendo esta semana pasada aquí en el blog. Mi público de ayer no tenía que haber leído el blog para entender mi predicación, pero si tú lo has estado siguiendo, mi predicación tendrá una perspectiva aún más amplia para ti.
Lo que decía yo ayer en Patria implica que para realmente ver el poder del Espíritu Santo en mi vida necesito cambiar mi mentalidad. Hacer a un lado mi concepto de mi mismo, y el concepto que otras personas tienen de mí, para adoptar Su definición de lo que soy, afirmando que soy lo que Dios dice que soy (empezando por “soy fuerte”). Mencioné que estoy empezando a pararme frente al espejo dos veces al día a declarar, como dice Joel 3:10, “soy fuerte.” También otras declaraciones positivas sacadas de la Palabra de Dios. Se trata de hacerlo por 30 días a fin de ver un resultado permanente. Apenas comencé. Así que ya les platicaré.
Al hablar frente al espejo, lo que en realidad estoy haciendo es hablarle a mi alma. Sí, y es una práctica bíblica. La razón por la que le hablo a mi alma es porque mi alma continuamente me está hablando a mí dentro de mi cabeza. Se trata del monólogo interno. Lo que nos decimos a nosotros mismos. Que normalmente es negativo. Ayer lo toqué de pasadita, pero esta semana quiero ampliar el tema. La razón es que para poder abrirle más espacios al Espíritu Santo en nuestra vida necesitamos reconocer, y rechazar, la voz de ese monólogo interno.
El famoso predicador británico Martin Lloyd Jones decía: “¿Te has dado cuenta de qué la mayor parte de tu infelicidad en la vida se debe al hecho de qué te estás escuchando a ti mismo en lugar de hablarte a ti mismo?” (Citado por Robert Wolgemuth).
Por favor no pienses que es un mero juego motivacional de palabras. Se trata de verdadera sabiduría. Sabiduría bíblica.
Cuando digo que se trata de sabiduría bíblica es porque basta con una pasadita por tu Libro de Salmos buscando la palabra “alma” para que descubras que varias veces los salmistas escuchan la voz angustiada o acusadora de su alma, que es el equivalente de su yo. Salmo 42:11 (RV’60):
¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y por qué te turbas dentro de mí?
Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
Salvación mía y Dios mío.
¿Puedes escuchar la voz del alma del salmista?¿Qué cosas crees que dice alguien que está abatido y turbado? Seguramente no serán cosas muy positivas o alentadoras.
Apenas te levantes por la mañana, observa los pensamientos que te vienen a la mente. ¿No son acaso muchos de ellos pensamientos negativos hacia ti mismo? No los originaste conscientemente y a propósito, pero empiezan a hablarte. En esta etapa de mi vida, te confieso que muchas veces, la voz matutina que escucho tiene un tono de descalificación, menosprecio y juicio. Mi yo me está hablando, y no tiene muchas cosas buenas que decir de mi.
Y decíamos ayer en Patria que el problema es que ese “yo,” normalmente es el viejo “yo” que éramos antes de conocer a Cristo, pero que sigue operando en nuestras vidas en su rol de “la carne.” Es un fantasma que se rehúsa a irse.
Mientras estemos escuchando a nuestro viejo yo, o falso yo, no vamos a poder escuchar la voz del Espíritu Santo.
Pero, ¿que hace el salmista después de escuchar la voz negativa de su alma? El salmista le habla a su alma, a su yo, lo contradice y le ordena: “¡Espera en Dios! Aun he de alabarle!” (Sal. 42:11b) "A pesar de todo lo que dices, mi esperanza está en Dios y a pesar de todo lo que dices, lo voy a alabar."
En el Salmo 103 (NVI) el hablarle al alma es aún más claro:
1 Alaba, alma mía, al Señor;
alabe todo mi ser su santo nombre.
2 Alaba, alma mía, al Señor,
y no olvides ninguno de sus beneficios
Yo te invito a que consideres estas cosas y te prepares para empezar a hablar con tu alma. Escucha todas las cosas negativas que dice de ti y atrévete a contradecirla con firmeza: “Soy fuerte... soy tenaz... soy sabia... soy inteligente... soy audaz... etc.” Si puedes, usa textos bíblicos para respaldar lo que dices. Mañana continuaremos con el tema. No te olvides de dejarme tus comentarios.
Claro que si gracias !
Wow mientras leía me pare y agarre mi espejo y empece a decirme a Mi misma frente al espejo :soy fuerte ! Dios ,tu me fortaleces , seguí leyendo y volví hacer una pausa : y a volver a decirle a mi alma frente al espejo el salmo 42:11
debo confesar que antes de leer el block recibi una llamada de un asunto que literal abate mi alma y turba todo dentro de mi ! Y wow Dios dandome La respuesta en este mismo instante ! Así que todo el día seguire con el salmo 103
gracias por este blog no estamos solos ! El Espíritu Santo está con nosotros