Yo espero que mi reflexión sobre la Parábola de los Jornaleros en Mateo 20 te haya ayudado a comprender un poquito mejor el concepto de la gracia que Jesús expresó a través de esta “historieta.”
El joven que se tronó la herencia de su padre en la historieta del Hijo Pródigo en Lucas 15 es también una clara representación de los jornaleros que llegaron una hora antes del cierre de actividades.
Su hermano mayor, que había permanecido al lado de su padre trabajando fielmente no sólo sin tocar un centavo de su herencia, sino sin “malgastarlo” ni siquiera en una fiesta, es un trabajador que llegó a primerísima hora. Y por supuesto que podemos ver en él el mismo enojo que los trabajadores que llegaron a trabajar al amanecer en la viña en Mateo 20:
»El hermano mayor se enojó y no quiso entrar. Su padre salió y le suplicó que entrara, 29 pero él respondió: “Todos estos años, he trabajado para ti como un burro y nunca me negué a hacer nada de lo que me pediste. Y en todo ese tiempo, no me diste ni un cabrito para festejar con mis amigos. 30 Sin embargo, cuando este hijo tuyo regresa después de haber derrochado tu dinero en prostitutas, ¡matas el ternero engordado para celebrar!” (Lucas 15:28-30 NTV).
La gracia tiene este efecto en las personas que piensan que merecen las bendiciones de la vida a causa de sus méritos y esfuerzos. En el principio sí estamos muy conscientes de nuestra quiebra moral y sumamente agradecidos de que Jesucristo nos perdone y nos reciba, y nos entregue su reino eterno. Pero conforme vamos avanzando y colectando algunos logros espirituales, y sobre todo si estamos “rebasando” a otros creyentes, se nos comienza a olvidar que es por gracia.
Es en esta etapa en la que comenzamos a tratar a los demás, incluyendo a nuestros seres queridos en el hogar, con una actitud legalista y escasa en misericordia.
Por eso, Dios muchas veces tiene que quebrantarnos. El sufrimiento nos recuerda que nunca salimos del estado de quiebra espiritual por más éxitos y logros que tengamos. Siempre dependeremos de la gracia de Dios.
Pero por la gracia de Dios soy lo que soy y la gracia que él me concedió no se quedó sin fruto. Al contrario, he trabajado con más tesón que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios que está conmigo. (1 Corintios 15:10 NVI).
¿Cómo estás tú tratando a los demás? ¿Has olvidado que es por gracia?
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