Tal vez debí haber abordado este tema desde el principio con el siguiente descargo de responsabilidad (disclaimer). Yo no tengo ninguna experiencia en la disciplina y corrección de hijos pequeños. Pero, estoy aprendiendo algunas cositas acerca de la disciplina, un poco más complicada, estilo “todavía se puede” en el contexto de una hermosa e inteligente hija adolescente.
Otra cosa que quiero recordarte es que Hebreos 12 afirma tener “palabras de aliento” para ti. (v.5). Este aliento consiste en que la corrección procede no de sádicos enemigos, sino de nuestro Padre. Que no es aplicada en enojo, sino en amor. Y que está diseñada no para aplastar sino para nuestro beneficio.
En la primera parte, hablamos de la necesidad de aceptar, si no gustosamente, si con convicción, la disciplina y corrección que Dios en su soberanía y amor nos administra para nuestro bien. En esta segunda parte aplicamos el siguiente versículo en el pasaje a la disciplina que nosotros debemos administrar a nuestros hijos.
Ninguna disciplina resulta agradable a la hora de recibirla. Al contrario, ¡es dolorosa! Pero después, produce la apacible cosecha de una vida recta para los que han sido entrenados por ella. Hebreos 12:11 (NTV).
Primero que nada, la palabra “entrenados,” que es un término griego que se utilizaba en los deportes, también tiene una conotación de adiestrados, domesticados e incluso amaestrados y se relaciona directamente con la palabra apacible. El fruto, o resultado, de la disciplina o corrección es una vida recta y apacible. “Apacible” porque “domestica” el espíritu salvaje con el que nacemos los seres humanos.
En la primera parte vimos que, cuando se trata de la disciplina que Dios nos administra, tenemos dos juegos de opciones. Cuando se trata de administrar disciplina a nuestros seres más queridos tenemos dos juegos de opciones.
Podemos optar por lo “agradable” en contraste con lo “doloroso.”
Podemos concentrarnos en el “ahora” o podemos sacrificar algo del ahora y pensar en él “después.”
Podemos contentarnos con lo que se dé de suyo o buscar una cosecha provechosa y perdurable.
Podemos limitarnos a brotes ocasionales e irregulares de enojo o podemos invertir en una disciplina consistente que sea un verdadero entrenamiento.
¿Cómo hacemos esta elección? Al aplicar la disciplina amorosa y firme que enseña el Señor.
A la luz de todo esto, ¿qué decisiones puedes tomar hoy que serán de beneficio para tus hijos?
Tener en mente 🤔el futuro de nuestro hijo, por lo que dice la biblia (habrá fruto) a la hora de decidir disciplinar 🙏🏼