Ya que respetábamos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, ¿acaso no deberíamos someternos aún más a la disciplina del Padre de nuestro espíritu, y así vivir para siempre? Pues nuestros padres terrenales nos disciplinaron durante algunos años e hicieron lo mejor que pudieron, pero la disciplina de Dios siempre es buena para nosotros, a fin de que participemos de su santidad (Hebreos 12:9-10 NTV).
Este pasaje de Hebreos 12 habla de la disciplina como algo no sólo bueno, sino crucial. El pasaje nos anima a recibir la disciplina de Dios, si bien no precisamente con gozo, sí con gratitud. Hay varios argumentos en el pasaje para recomendarnos una buena actitud cuando somos disciplinados por Dios mediante pruebas y corrección.
Uno de los argumentos es que si veneramos a nuestros padres por habernos disciplinado, aunque lo hacían con un conocimiento limitado, ¿cómo no apreciaremos más la disciplina de Dios que viene de un Ser lleno de amor y que sabe perfectamente lo que está haciendo?
Esta frase “lo mejor que pudieron” (v.10) puede dejar un montón de cosas sueltas y menos que perfectas. Lo que sí está claro por este pasaje y muchos otros es que la disciplina o corrección de los hijos necesita provocar dolor.
Ninguna disciplina resulta agradable a la hora de recibirla. Al contrario, ¡es dolorosa! Pero después, produce la apacible cosecha de una vida recta para los que han sido entrenados por ella. (Heb. 12:11, NTV).
Y esta es la parte más controversial del asunto. Los padres que son físicamente mucho más grandes y fuertes que sus hijos ejercen una inconfundible superioridad física. Y muchas veces la utilizan de manera dañina.
En mis tiempos de infancia los padres tendían a una disciplina física excesiva y hasta violenta. A nosotros nos golpeaban con vara en la escuela y cuando llegamos a casa mi papá nos golpeaba con el cinturón.
Hoy en día es el otro extremo, en el cual los padres vacilan mucho de aplicar una disciplina física a sus hijos. Insisto, esto es comprensible dado el abuso que muchas veces se perpetraba en mis tiempos. Pero, muchas veces pienso que la humanidad avanza como un péndulo yendo de un extremo al otro.
La solución para el abuso no es el “desuso,” sino en uso correcto. Mi oración es que los padres de familia en un hogar cristiano ejerzan la disciplina sin coraje ni ganas de desquitarse. Llenos de amor y sensibilidad. “Si no te duele a ti también, no estás disciplinando correctamente.”
Basado en lo que acabo de comentarte, ¿qué te está diciendo Dios?
Hebreos 12:11 👌describe completamente la disciplina, no es agradable , y creo de ambas partes, al recibirla, no es agradable, pero también al dar disciplina, tan solo es confiar en lo que produce 🙏🏼 Gracias Gabriel 🫶🏽