Dios Sigue Siendo Fiel

Querida familia en Cristo, lamento informarles que hace unas horas y de forma totalmente inesperada, falleció mi suegra. Después de llevar a cabo todo el proceso de colocarle la válvula aórtica cuando quisieron poner a latir su corazón otra vez, ya no respondió. Por más que intentaron los médicos con masajes e inyecciones, mi suegra ya no volvió.

Obviamente Yessi mi esposa está destrozada por el dolor y ambos estamos viviendo lo frustrante que es estar convencidos de un resultado y recibir lo opuesto. No es que cuestionemos a Dios, a estas alturas de nuestra vida ya no hacemos eso. Pero no deja de ser sumamente doloroso y frustrante que toda nuestra sincera convicción de que Dios nos la entregaría sana y salva después de la cirugía no se cumpliera. Es difícil aceptar un “no” de parte de Dios.

Hace muchos años, tras la muerte de nuestras respectivos cónyuges, tanto Yessi como yo, cada uno por su lado, decidimos que aunque Dios no respondiera nuestras oraciones más encarecidas, seguiríamos confiando la próxima vez que tuvieramos que hacerlo como si la negativa nunca hubiera sucedido. Y seguimos pensando lo mismo. Yo espero que, con el favor de Dios, pase lo que pase toda nuestra vida aquí en la tierra la llevaremos a cabo con esta firme convicción.

Hasta la fecha hemos logrado, después de cada pérdida, orar con la misma fe y con la misma confianza de que recibiremos lo que pedimos porque Dios es fiel. Hasta ahora, por la gracia de Dios, no se nos ha ocurrido rendirnos ante el cinismo y dejar de esperar una respuesta milagrosa de Dios. Cada vez que enfrentemos una nueva amenaza, nuestra esperanza sigue intacta y nuestra fe robusta.

Además, hemos sido recipientes de muchas respuestas milagrosas. Hemos sido beneficiarios del favor inmerecido de Dios muchas veces. Y seguimos afirmando que Dios es perfectamente bueno e infinitamente sabio. Que podemos confiar en la razones que él pueda tener para llevar a cabo las cosas de una forma totalmente diferente a lo que esperábamos. Sigue siendo fiel y digno de absoluta confianza. Esperamos, con el favor de Dios, mantener nuestra postura, no en nuestras fuerzas, sino con la provisión del Espíritu Santo y ser como Job al principio: “en todo esto Job no pecó ni le atribuyó al Señor ninguna mala intención” (Job 1:22, RVC).

Gracias a todos los que nos acompañaron orando por mi suegra. Por favor oren por la restauración de los corazones de Yessi y su familia.