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Condena A Priori

  • Foto del escritor: Gabriel Miyar
    Gabriel Miyar
  • hace 4 días
  • 2 Min. de lectura

Con Cristo de testigo hablo con toda veracidad. Mi conciencia y el Espíritu Santo lo confirman. Tengo el corazón lleno de amarga tristeza e infinito dolor por mi pueblo, mis hermanos judíos. Romanos 9:1-3


Antier que predicamos acerca de IPV e Israel como la última sesión de la serie SOMOS, dijimos que no teníamos que inmiscuirnos en el aspecto político de la situación en Medio Oriente para mostrar apoyo a Israel. Pero, pienso que sí necesitamos considerar algunos aspectos que tienen que ver con lo político para entender la magnitud de la oposición a Israel.


Lo que sucedió el 7 de septiembre de 2023, cuando una horda de terroristas de Hamás cruzó la frontera entre Gaza e Israel y masacró a unas 1300 personas, incluyendo ancianos, mujeres, jóvenes, niños y bebés, de la manera más brutal, es un nivel de agresión indescriptible. Ni que decir de los 250 rehenes que se llevaron. Las historias que contaron los sobrevivientes y las que quedaron registradas en un gran número de celulares describen escenas de infernal violencia. Mujeres violadas y descuartizadas y familias enteras ejecutadas en ocasiones de maneras horrendas.


Y la narrativa que comenzó a circular unos dos meses después de comenzada la guerra va más o menos así: “Israel tenía la empatía y el apoyo del mundo en los primeros días y semanas después del 7 de octubre, pero la desperdició al proseguir su guerra contra Hamás en Gaza.”


De hecho eso no es verdad. La “empatía” del mundo no duró horas, ni siquiera minutos. Ni siquiera completó el primer día. Para la noche del 7 de octubre una gran multitud anti-Israel se juntó afuera de la embajada israelí en Londres, y en otros lugares, para celebrar las masacres del día al grito de ¡Allahu Akbar! (Alá es Grande).


El rally de The Times Square contra Israel se llevó acabo el 8 de octubre, mientras los terroristas de Hamás seguían asesinando gente en el sur de Israel. Lo mismo sucedió en la ciudad de Manchester. Al día siguiente, 9 de octubre, miles de gentes que protestaban contra Israel se reunieron afuera de la embajada de Israel, en el área de Kensington en Londres, para celebrar los ataques con letreros que decían “terminen la ocupación” y entonando cantos que incluían las palabras, “intifada” y “revolución”. La primera gran marcha en contra de Israel en Londres se llevó a cabo el 15 de octubre, esta vez se presentaron decenas de miles de personas mientras la policía se mantenía al margen.


Para el 21 de octubre, tan sólo 15 días después de la masacre, el centro de Londres fue una de las áreas que quedaron paralizadas mientras 100,000 personas anti-Israel se reunían en la capital. Estamos hablando de un tiempo en el cual Israel todavía estaba en shock por la brutalidad de la masacre y ni siquiera había decidido como responder. Todo esto lo puedes comprobar fácilmente en los medios.


No. Jamás hubo una empatía, mucho menos una condolencia, hacia Israel. Y lo único que persigo en esta reflexión es que consideremos que la oposición a Israel va más allá del ámbito humano. Es un odio sobrenatural.


*Este artículo apareció en una forma un poco diferente en este Blog el 5 de mayo de 2025.

 
 
 
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