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  • Foto del escritorGabriel Miyar

Como Cangrejos

»Simón, Simón, Satanás ha pedido zarandear a cada uno de ustedes como si fueran trigo; pero yo he rogado en oración por ti, Simón, para que tu fe no falle, de modo que cuando te arrepientas y vuelvas a mí fortalezcas a tus hermanos.» Lucas 22:31-32


En un hermoso documental de la BBC llamado El Planeta Azul, Parte II, el capítulo que habla del Mundo Submarino muestra a un enorme ejército de cangrejos araña emigrando de las profundidades del mar en Australia hacia aguas más superficiales. La razón de esta migración no es la reproducción, es para que los cangrejos crezcan.


Siendo crustáceos, el esqueleto de los cangrejos está por fuera. Es una rígida armadura externa que alberga los órganos del animal. Para que el cangrejo pueda crecer y aumentar de tamaño necesita salir de ese esqueleto externo. Durante un año, más o menos, dentro del esqueleto externo, un nuevo esqueleto ha estado creciendo. Alrededor de la luna llena de invierno los cangrejos están listos para mudar y abandonar la vieja armadura.


Es fascinante ver como bajo la presión interna el caparazón se agrieta y se abre, y un nuevo cangrejo completo emerge, antenas, patas y todo. Una rosada armadura que por un par de semanas es todavía blanda y le permite crecer. Sin embargo, este es el periodo más peligroso para los cangrejos, pues bancos de mantarrayas y otros depredadores aprovechan su vulnerabilidad para devorarlos. La única manera en que ellos pueden defenderse es apilándose y permaneciendo juntos.


Mi lección hoy, en las armas que usamos para pelear nuestras batallas, no es la “seguridad en los números,” aunque ciertamente es una arma poderosa. Estar unidos nos protege contra el enemigo, y viceversa.


Al final del segmento se ve un campo submarino lleno de miles de cangrejos muertos. Pero no, realmente no es un cementerio, son sólo los montones de los restos del viejo esqueleto, de la vieja armadura que quedó después de la muda exitosa de 100 mil cangrejos más vivos que nunca, que crecieron a una nueva etapa de desarrollo y abundancia.


El Pedro que vemos negando a Jesús en Mateo 26, Marcos 14, Lucas 22 y Juan18 (su caída tuvo full press) no es un muerto espiritual irremediablemente perdido para la causa de Jesús. Ni los demás discípulos que cobárdemente lo abandonaron. No. Lo que vemos allí es el viejo caparazón que todos ellos dejaron atrás después de haber sido “zarandeados por Satanás.”


«Señor, es maravilloso que aún cuando fracasamos tu gracia infinita convierte ese hecho lamentable en un viejo caparazón que se rompe y nos abre una nueva vida de humildad y poder.»

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1 Comment


Maripaz Castro
Maripaz Castro
Jul 18

Lo relaciono con las heridas y con malas actitudes que nos van dañando, malas decisiones y pecados que nos van derrumbando.... Pero cuando decidimos seguir a Cristo renacemos y ese caparazón dañado muda a uno nuevo y completamente restaurado. Dios prepara al que decide seguirle y seguramente te hará migrar a nuevas tierras para tu restauración pero de ese proceso saldrás victorioso porque el Señor eso hace con quiénes le reciben en su corazón.

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