Otro aspecto —y uno muy hermoso— de nuestra identidad es que somos “caminantes” que se dirigen a la eternidad. En Juan capítulo 14 encontramos esta increíble interacción de Jesús con sus discípulos:
14:1 »No se angustien... Voy a prepararles un lugar. 3 Y, si me voy y se los preparo, vendré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté. 4 Ustedes ya conocen el camino para ir adonde yo voy».
5 Dijo entonces Tomás:
—Señor, no sabemos a dónde vas, así que ¿cómo podemos conocer el camino?
6 —Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí...
Dice J. Ramsey Michaels en su Comentario del Evangelio de Juan: «En el clásico de John Bunyan El Progreso del Peregrino, Cristiano, el Peregrino, se encuentra con Formalista e Hipócrita que se han brincado la barda para acompañarlo en “el camino” a la ciudad celestial. Cuando Cristiano los desafía citando Juan 10:1 ("Les digo la verdad, el que trepa por la pared de un redil a escondidas en lugar de entrar por la puerta ¡con toda seguridad es un ladrón y un bandido!"), ellos contestan: “Lo importante es estar en el camino, ¿que importa como entramos? Lo importante es que estamos en El Camino.”
Para los que creen que son cristianos porque se adaptan a los accesorios externos de la religión cristiana mientras que siguen viviendo sus vidas conforme a su propia voluntad, "El Camino" es cualquier camino que les permita vivir con la apariencia (externa) de ser cristianos. “Nosotros estamos en el mismo lugar que tú,” —le dicen a Cristiano— “¿No prueba esto que estamos en el mismo camino?”
Cristiano responde internalizando la metáfora: Para él, "El Camino" se refiere a un compromiso interno del espíritu… Un compromiso a obedecer a su amo, y mientras camine por esa regla, cualquier camino en el que camine es El Camino. Estar en El Camino es paradójicamente independiente del camino en el que te encuentres, porque estarás en el camino sólo si el camino está en ti.»
Esta reflexión de J. Ramsey Michaels es una poderosa imagen de lo que significa realmente estar en el Camino. En base a esta bella descripción, ¿te ves como un caminante? ¿Hay algo que haga falta en tu vida para completar este cuadro? Si es así, en este mismo momento habla con Jesús y ponte a cuentas con él.
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