Su señor le respondió: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! Has sido fiel en lo poco; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!” Mateo 25:23 (NVI)
A pesar todo lo que hemos dicho acerca de rendir cuentas y de que la totalidad de nuestra obra será puesta a prueba, nuestro Encuentro Final con Jesús será indescriptiblemente glorioso. Imagínate escuchar de sus labios las palabras: “Bien hecho, mi buen siervo fiel. Has sido fiel en administrar esta pequeña cantidad, así que ahora te daré muchas más responsabilidades. ¡Ven a celebrar conmigo!” Mateo 25:23 (NTV).
¡Épale! ¡Ven a celebrar conmigo! ¿Cómo te imaginas que será esa celebración?
Por cierto que, algunos podríamos sentirnos ofendidos ante la descripción de toda nuestra vida y obra, con su intensa actividad y enorme ajetreo, como “lo poco,” (Has sido fiel en lo poco). En otra parte describe toda nuestra vida y obra como “lo poco” y “lo ajeno.”
»El que es fiel en lo poco también lo será en lo mucho; y el que no es honrado en lo poco tampoco lo será en lo mucho. Por eso, si ustedes no han sido fieles en el uso de las riquezas deshonestas, ¿quién les confiará las verdaderas? Y, si con lo ajeno no han sido fieles, ¿quién les dará a ustedes lo que les pertenece? Lucas 16:10-12 (NVI).
No importa cuán grande pensemos que es nuestra obra, realmente es pequeña y no importa cuán dueños de nuestra propia vida y obra nos sintamos, no lo somos.
Ambos pasajes, en conjunto, nos prometen que, si somos fieles en lo poco, nos pondrá “a cargo de mucho más.” O, como dice la NTV, “¡Te daré muchas más responsabilidades!” Y que si somos fieles en lo ajeno, o sea, esto que realizamos en esta vida como administradores (mayordomos) de Dios, Dios nos dará lo que realmente es nuestro y nos pertenece. ¡Épale! Un día conoceremos lo que es realmente poseer. ¡Lo que es ser realmente dueños!
En resumen, la Escritura nos dice claramente que cuando los seguidores fieles nos encontremos con Cristo éste nos ofrecerá, no un lugar de retiro y jubilación, sino responsabilidades mucho más grandes, y no es de sorprendernos pues, “Jesús les respondía: ―Mi Padre aún hoy está trabajando, y yo también trabajo.” Juan 5:17 (NVI)
Pero, sobre todo, ¡responsabilidades mucho más nuestras!
«Amado Dios, queremos un día escuchar que nos digas que hemos sido buenos siervos y fieles, que veas con agrado el esfuerzo que hacemos por servirte, haciendo lo que a ti te agrada. Si nos has considerado dignos del llamado, por tu gracia, que increíble que un día nos pondrás en mayores responsabilidades, que privilegio. Somos tus seguidores, te seguimos como tú sigues al Padre. Gracias por tu Buen Espíritu que nos fortalece y ayuda para lograr lo que sin Él no sería posible, amén.»
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