Me levanto temprano, antes de que salga el sol; clamo en busca de ayuda y pongo mi esperanza en tus palabras. Salmo 119:147
Arthur C. Brooks, columnista reconocido de la revista Atlantic, que estuvo con nosotros en la última Cumbre Global de Liderazgo, enfatiza los beneficios transformadores de levantarse temprano y sugiere convertir esto en el propósito básico para el Año Nuevo.
El levantarse temprano, con lo que simplemente se refiere a antes del amanecer, coincide con las tradiciones espirituales de la cristiandad y está apoyado por la neurociencia moderna. Esta última muestra que levantarse temprano mejora la atención, la memoria, el estado de ánimo, y, en general, la productividad. Brooks argumenta que lograr este hábito nos permite tomar mejores decisions y fortalece otros propósitos como el de hacer ejercicio regularmente.
Al construir tu vida, este año, nos dice Brooks, trata de poner metas definidas, que puedas lograr de una manera realista—y que te ponen en camino a lograr aquellas metas más grandes y un poco más generales, como la búsqueda del crecimiento espiritual, la felicidad y la mejoría de tu condición física.
Brooks identifica los desafíos de levantarse temprano, como la resistencia natural a dejar la comodidad de la cama y nos ofrece las siguientes estrategias para vencerla:
1. Comienza la Noche Anterior: acuéstate tan temprano como te asegure que tendrás suficientes horas de sueño. Enfrente obstáculos, como lo que los psicólogos llaman “la procrastinación vengativa de la cama,” en la cual la gente se duerme tarde como una forma de rebelarse contra su propio sentido de dominio propio. Si identificas esta tendencia esto te puede ayudar a liberarte de ella.
2. Eleva la Apuesta: comprométete con medidas de rendición de cuentas (como por ejemplo reunirte con un compañero de ejercicio) para hacer más difícil y más costoso evitar levantarte temprano.
3. Abraza la Trascendencia: Considera las mañanas tempranas como momentos sagrados y trascendentales para la reflexión libre de distracciones. (Aquí es donde nosotros como cristianos nos reunimos con Dios).
Ya que levantarse temprano es un reto, podrías asumir que el costo de hacerlo sería sentirte menos feliz. Las investigaciones demuestran lo opuesto. Psicólogos, escribiendo en el journal Emotion han demostrado que la gente que se levanta temprano disfruta de una mejor actitud a lo largo del día comparado con aquellos que se levantan tarde.
Finalmente, Brooks subraya que establecer el hábito de levantarse temprano require de constante práctica. La neurociencia muestra que los hábitos se forman a diferentes velocidades, desde semanas hasta meses. Aunque al principio es difícil, concluye él, el esfuerzo vale la pena. Esas mañanas temprano se convierten en la parte más satisfactoria y recompensadora del día, y enmarca tu vida como una serie de nuevos comienzos, intencionales y energéticos.
Un hábito muy poderoso sin duda 🙏🏼