Adoptados por Gracia
- Daniela Orozco

- 25 sept
- 2 Min. de lectura
Dios nos escogió en él antes de la creación del mundo, para que vivamos en santidad y sin mancha delante de él. En amor 5 nos predestinó para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, según el buen propósito de su voluntad, 6 para alabanza de su gloriosa gracia, que nos concedió en su Amado. 7 En él tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, conforme a las riquezas de su gracia. Efesios 1:4-7 (NVI).
En este tiempo he sentido que Dios me ha hablado mucho acerca del tema de la redención y de lo profundo que es el cambio en nosotros cuando somos adoptados como hijos e hijas de Dios.
De entrada, en este pasaje la Biblia nos dice con mucha claridad que nuestra adopción como hijos de Dios nunca ha dependido de nuestro comportamiento ni de nuestras habilidades o logros. Al contrario, Dios ha decidido adoptarnos por pura gracia. Esta verdad es algo que debemos abrazar y recordar constantemente, pues es sencillo creer que Dios nos ama si nos portamos bien y que deja de amarnos si nos portamos mal, pero así no funcionan las cosas con Dios.
La manera en que funciona nuestra redención está basada en el hecho de que Jesucristo vivió en completa santidad y ofreció Su vida en rescate nuestro. Es decir, Jesús vivió la vida santa que yo jamás podría vivir y luego pagó el precio por mi pecado, poniendo sobre mí Su propia justicia. Ahora, cuando el Padre me ve, lo hace a través de la justicia de Jesús, ¡Que alivio!
Además, Dios nos adoptó con el propósito de glorificarse. La redención resalta Su propia gloria. Esto implica que ahora mi vida tiene un propósito eterno, mucho más grande que cualquier éxito que pueda tener en esta vida. Eso es maravilloso, pues además de tener acceso al cielo también tengo una razón poderosa para vivir el tiempo que me quede en la Tierra. Y una de las principales razones que tengo para vivir es compartir esta redención con otras personas para que la Tierra se llene con el "conocimiento de la gloria de Dios" (Hab. 2:14).
Si tú eres alguien que ha entregado su vida a Cristo, puedes tener la certeza de que nada puede separarte de Él, pues es Su sangre la que te compró, te limpió y te hizo hijo de Dios, ahora puedes vivir con un propósito eterno.
«Señor, que podamos apreciar lo que significa ser redimidos por ti. Amén.»

LINKSPACE777
BLOGGER777
LAPAKBET777ME
LAPAKBET777COM
LAPAKBET777RESMI
LAPAKBET777LOGIN
ALTERNATIFLAPAKBET
LAPAKBET777DAFTAR
LAPAKBET777OFFICIALL
LAPAKBET777VVIP
SITUSGACOR
LAPAKBET777
LAPAKBET777ALTERNATIF
GACORHABIS
LAPAKBET777TOTO