Luego dijo Jesús: «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso. Pónganse mi yugo. Déjenme enseñarles, porque yo soy humilde y tierno de corazón, y encontrarán descanso para el alma. Pues mi yugo es fácil de llevar y la carga que les doy es liviana». Mateo 11:28-30
El otro día estuve con un joven de la iglesia en Tok's. La mesera que nos atendió estaba toda tensa, no grosera ni desatenta, para nada. Sólo muy tensa. Yo le hacía bromas, buenas bromas, afables, no los comentarios mensos de algunos clientes que se quieren hacer los chistositos. Lo que yo quería era que se relajara, pero no pudo. Tal vez traía problemas o cargas fuertes, es comprensible. Pero eso me hizo pensar que, a veces, así servimos a Jesús, todos tensos. Y que él nos dice cosas para relajarnos, pero nosotros seguimos tensos, incapaces de reírnos con él.
El Jesús de la serie Los Elegidos en Netflix es bien relalado y me suena muy probable que así haya sido Jesús. Pero, hay seguidores de Jesús que son muy tensos. Seguramente debido a experiencias en su pasado.
Son aquellos que creen que Jesús siempre está a punto de regañarlos. Y Jesús a veces sí regaña, pero no todo el tiempo, ni mucho menos. Pero, hay seguidores o servidores que piensan que Jesús nunca está contento con ellos y que siempre está pidiendo más y más y más, y mejor y mejor y mejor.
Son como el servidor que recibió solamente un talento en la parábola en Mateo 25. Piensan que el Señor es un jefe demasiado exigente, “que cosecha lo que no sembró y recoge las cosechas que no cultivó” (v.24). Y, por supuesto, Jesús no es así, aunque el amo en la parábola sí aceptó la injusta etiqueta, pero sólo para rebatirle al mal siervo: ‘¿Si eso es lo que piensas de mí —no porque sea cierto— por qué no actuaste de forma congruente con lo que piensas?’
Jesús en nuestra cita de hoy se describe como un alivio para “todos los que están cansados y llevan cargas pesadas.” Un alivio, no una fuente de tensión y estrés. Alguien “humilde y tierno de corazón,” y su liderazgo, “fácil de llevar.” Y en cuanto a la carga que pone sobre nosotros, es “liviana.” La verdad es que si el Señor realmente fuera demasiado estricto como decía el liendrón de la parábola, ¡tú y yo ya no estaríamos aquí! O al menos yo.
«Señor, tú eres realmente un alivio para mi. Por favor, examina mi corazón y ve si hay la mínima sensación de que seas demasiado estricto o injusto, o de que yo jamás pueda agradarte del todo. Limpia mi interior de estos falsos conceptos y ayúdame a seguirte de una manera más libre y relajada. Amén.»
Mi querido Pastor!! eres tan auténtico Gabriel… siempre nos edificas de una forma tan fresca con palabras tan tuyas 🙌🏼 q es imposible no reconocer un msj tuyo … El Señor t bendiga y t guarde…
gloria a Dios por tu vida .. muchas gracias !! 🙏🏽🤗
Los amo familia 🫶🏼