Tener a nuestra nieta Julieta con nosotros para el fin de semana es una de las grandes alegrías que Dios nos da a Yessi y a mi. Y, en especial en mi caso, que no soy su abuelo biológico, pero a la vez soy a quien conoce como su “Belo,” es una alegría que surge maravillosamente de la gracia inmerecida de Dios. ¡He aprendido a recibir los fantásticos regalos de la gracia de Dios!
Julieta está en una edad maravillosa en la cual disfrutamos tanto su gracia, su chispa, su dulzura y su ingenio. El domingo antepasado nos la llevamos a IPV Norte, en el Hotel Hilton donde nos congregamos. Mientras Yessi tenía una junta con las maestras de los niños, yo me la llevé a desayunar al restaurante del hotel. Ah, pero la cosa es que Julieta venía vestida de Jasmine de la película de Aladino de Disney. ¡Simplemente radiante! Y tengo la foto que lo prueba y con la que, como buen abuelo, acorralo a cualquiera que se deje.
Ese día la hostess, cuyo nombre debí haber averiguado, nos hizo el día a Julieta y a mí porque cuando llegamos a la entrada del restaurante le dijo a su compañero: “¡Mira, hoy tenemos una princesa con nosotros! Necesitamos esmerarnos y atenderla como se merece.” Y entonces, volviéndose hacia todo el restaurante, dijo en voz alta: “¡Mesa para un adulto y una princesa!” Julieta estaba radiante; se sentía soñada, y yo también. ¡Dios bendiga esta chica, la amé!
Este detalle tan sencillito, pero a la vez tan extraordinario, me hizo pensar. Yessi y yo, junto con sus padres Daniel y Sarahi, vamos a hacer todo lo que esté de nuestra parte porque esta hermosura, un día, haga la transición entre princesa de Disney y Princesa del Reino. Esperamos que esta criatura llegue a tener toda la convicción de que es una hija del Rey, con todos los derechos y obligaciones que el título nobiliario le confiere.
De la misma manera, hay una serie de realidades maravillosas y eternas que más que sostener nosotros, deben sostenernos a nosotros a nuestro paso por esta vida. La primera de ellas que estamos proclamando en nuestra nueva serie ID es que “Si alguien está unido a Cristo, se convierte en un ser nuevo que ha dejado lo viejo atrás y está totalmente renovado” (2 Cor.5:17, PDT).
Por favor, déjame tus comentarios. Gracias.
Esta transición es real y funciona correctamente por su Espíritu. Para ello nuestras princesas tienen que ver en nosotros la vida “Noble” de los herederos del rey Jesús, así les facilitamos la transición 🙏🏻
Tener la seguridad de que soy hija del Rey cambia todo en mi y al cambiar mi Identidad cambia todo lo que me rodea, mi matrimonio , mis Hijos , la familia y en mi trabajo.
Es como si ser ilegal en 🇺🇸 me da inseguridad, temor del mañana por todo lo q conlleva estar sin papeles( nunca he estado asi, pero no necesito vivirlo para poder entender poquito lo tremendamente angustiante que debe de ser ) y de repente que me den la ciudadanía sin tener que hacer nada y no solo la ciudadanía si no acceso a la Casa Blanca ! Y aparte …poder ir con el presidente y… llamarlo papa!!! Y sentir su am…
¡Esto es maravilloso! y creo que es algo que necesito recordarme constantemente, que soy un ser nuevo y que nada ni nadie puede cambiarlo, porque la sangre de Cristo y su sacrificio me han cambiado!