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  • Foto del escritorGabriel Miyar

¿Por Qué No Hubo Lugar?

Hoy iniciamos esta nueva serie sobre la Navidad con una reflexión del pastor Oscar Suárez de Fuente de Vida.


María dio a luz a su primer hijo varón. Lo envolvió en tiras de tela y lo acostó en un pesebre, porque no había alojamiento disponible para ellos. Lucas 2:7 (NTV).


La tierra es del Señor y todo lo que hay en ella; el mundo y todos sus habitantes le pertenecen (Salmo 24:1, NTV). ¡Toda la tierra es del Señor! El no tiene ninguna necesidad de pedirle nada al hombre. ¿Por qué entonces, si es el dueño de todo, no había lugar para El en el mesón? ¿Por qué no había lugar para José y María y tuvieron que ser puestos en el establo donde los viajeros ponían a los animales?


Desde ahí Jesús viene identificándose con el pobre y el necesitado. Desde ahí viene ofreciendo un acercamiento gratuito. Desde ahí viene comunicando que no era un César el que nacía y que no sería un tirano, sino alguien que estaría a favor del pueblo.

Pero, no solo al nacer no hubo lugar para El. Murió en la cruz de alguien más (Barrabás). El pesebre y la cruz, ubicados en los dos extremos de la vida terrenal del Salvador, parecen muy apropiados y congruentes entre sí. Fue sepultado en una tumba prestada. Y durante Su vida dijo: —Los zorros tienen cuevas donde vivir y los pájaros tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene ni siquiera un lugar donde recostar la cabeza. Mateo 8:20 (NTV).


¿Por qué no había lugar? Porque El no quiso que hubiera lugar. Porque este no era Su lugar. Y porque venía a ofrecernos otro lugar. Nadie le negó un lugar. El mismo escogió que para El no hubiera lugar.


Dios lo exaltó hasta lo sumo. Le dio Su lugar de honor en todo el universo. Y le dio un nombre que está sobre todo nombre. Al entrar en la tierra le da un nombre: “Que se llame Jesús, que se llame Emanuel.” Al salir le da un nombre que está sobre todo nombre. Y asi como los pastores y los magos se postraron, que ahora se doble ante El toda rodilla De los que estan en el cielo, en el cielo y toda la tierra y todos confiesen que Jesucristo es el Señor. ¡Todo para la gloria de Dios Padre!


¿Por qué no hubo lugar? Porque El tenía los ojos puestos en otro lugar. Porque debía cumplir con Su promesa: En el hogar de mi Padre, hay lugar más que suficiente. Si no fuera así, ¿acaso les habría dicho que voy a prepararles un lugar? Juan 14:2 (NTV).


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