No tienes que Realizar Grandes Hazañas

Así dice aquel cuyo nombre es el Señor, el que hizo la tierra, la formó y la estableció con firmeza: “Clama a mí y te responderé; te daré a conocer cosas grandes e inaccesibles que tú no sabes”. Jeremías 33:2-3

Cuando hablamos de marcar una diferencia, de impactar al mundo y cosas así, es fácil que nos sintamos abrumados o incluso insignificantes y entonces, terminamos desanimados y sin hacer nada. Nos quedamos esperando una gran oportunidad o algo que nos haga sentir que vale la pena el esfuerzo.

Sin embargo, lo importante es considerar el poder de Dios, no el nuestro. Cuando Dios llamó a Jeremías que diera a conocer Su palabra al pueblo de Israel, él no se sentía preparado ni suficiente. Pero Dios estaba con él. Lo mismo les pasó a muchos de nuestros héroes bíblicos. Moisés le dio varias razones a Dios por las cuales no podía cumplir lo que Dios le pedía hasta que Dios le reveló que podía hacer todo porque Él mismo iría con Él. Y esa es la misma garantía que tenemos nosotros, Dios prometió que nunca nos va a abandonar y que irá con nosotros para que podamos cumplir la misión que Él nos ha dado (Mateo 28:20).

Piensa por ejemplo en el muchacho que le llevó a Jesús los dos pescados y los cinco panes en el relato de la alimentación de los cinco mil (Juan 6). Pienso que ese muchacho jamás se imaginó que su comida podía servir para alimentar a una multitud de personas, al igual que nosotros cuando pensamos que esa cosa sencilla que podemos hacer no va a hacer ninguna diferencia. Sin embargo, en manos de Jesús esa poca comida fue suficiente para satisfacer completamente a una multitud ¡y todavía sobró!

Pienso que así funciona la manera de marcar una diferencia real en nuestro mundo, basta con estar dispuestos y poner lo que tenemos ahora en las manos de Dios para que veamos Su poder manifestarse a través de nosotros. Honestamente creo que cuando demos el paso de usar lo que tenemos ahora para bendecir a otros, podremos ver más milagros en nuestra vida.

«Señor, por favor revela a cada uno de nosotros las cosas que tenemos ahora y que podemos poner a tu disposición y ayúdanos a ver Tu mano haciendo milagros a través de nosotros. Amén.»