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Foto del escritorGabriel Miyar

No se Preocupen. ¡Sí, Cómo no!

»Así que no se preocupen por el mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. Los problemas del día de hoy son suficientes por hoy.« Mateo 6:34


Híjole, el tema de la ansiedad es un poquito espeluznante porque en esta era moderna muchos batallamos con la ansiedad. Somos muy susceptibles de caer en ella con el ritmo vertiginoso que llevamos, con la cantidad de responsabilidades, y, simplemente, la complejidad de la vida. La vida siempre ha sido difícil, pero en la actualidad, con los retos de salud y la cobertura necesaria en este ramo, el nivel de competencia en los trabajos, lo caro y complejo de la educación, las presiones sobre el matrimonio y la familia, y, sencillamente, la cantidad de cosas que tenemos que tener en equilibrio “en el aire” como malabaristas, es difícil no caer en la ansiedad.


Sería fácil ver la advertencia de Jesús sobre él no preocuparnos por el día de mañana como algo irreal y poco práctico. Hoy en día somos bombardeados por las compañías de seguros, las instituciones financieras y los programas de pensiones y retiros que nos instan con urgencia a preparar cuidadosamente el día de mañana hoy.


Sin embargo, las palabras de Jesús siguen siendo relevantes. No diciéndonos que no preveamos el mañana, sino que van más a la raíz de donde surgen las oleadas de ansiedad: la confianza que podemos tener o no en el cuidado constante de nuestro Dios.


La ansiedad nos llena de pensamientos preocupantes que anticipan desenlaces negativos, muchos de los cuales nunca llegan a suceder y sólo los sufrimos gratuitamente. Y cuando sí llegan a a suceder, se nos olvida que Dios está totalmente involucrado en la situación negativa que nos aqueja, trabajando en ella al forjar carácter y fruto del Espíritu y al proveer valiosas lecciones obtenidas en medio del sufrimiento.


Por esta razón es qué Dios nos anima a poner nuestra confianza en Él y lo hace de formas claras y sencillas, no fáciles, pero si muy claras, tanto que no nos dejan mucho margen para especular. Cuando la palabra de Dios dice en 1 Pedro 5:7 “Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes,” no hay espacio para decir: “no entiendo. ¿Qué quiere decir esto?” Entendemos muy bien, es sólo que nos cuesta trabajo comprender a qué grado cuida Dios de nosotros. Como hemos sufrido en el pasado y muchas veces consideramos que ha habido alguna especie de descuido por parte de Dios lo cual nos causó sufrimiento, entonces nos predisponemos pensando qué tal vez no nos cuida como quisiéramos.


Pero Dios nos cuida de manera perfecta. Y cuando nos deja sufrir también provee gracia para soportar y salir fortalecidos de la prueba. Así que podemos confiar plenamente en Él. Que el Señor nos fortalezca para crecer en nuestra confianza en Él. Amén.

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2 commentaires


Violeta D'Urzo
Violeta D'Urzo
11 sept.

Pareciera que esa misma ansiedad es insaciable y muy engañosa no le gusta ser confrontada busca actividad como manera de alivio, estorba, le gusta el control, se disfraza de virtud, dejando de lado y haciendo muy difícil lo que Dios quiere dar aún, y peor dentro de la iglesia, por que aparte busca ser contagiosa de su mal. En verdad es espeluznante.

Gracias Dios que insistes en poner todo en tus manos, revela la profundidad que hay en ello.

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Ana Luisa Galindo
Ana Luisa Galindo
11 sept.

Exactamente es lo que necesitaba escuchar mi alma, que a Dios no se le salen las cosas de control, por más obscuro que se vea el panorama, Él cuida de nosotros. Siempre viene un bien mayor, después de la pérdida. Confiar en Dios, pone mi esperanza en el lugar y en La Persona correcta.

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