¿Cuánto cuestan dos gorriones: una moneda de cobre? Sin embargo, ni un solo gorrión puede caer a tierra sin que el Padre lo sepa. Mateo 10:29
Ayer les hablaba de cómo los seguidores de Jesús vamos comprendiendo la grandeza de su amor por nosotros. Desde el día en que por primera vez alguien nos dice que Jesús nos ama, hasta que su amor es tan abrumador que hay ocasiones en que nos cuesta trabajo sobrellevarlo. Pasando por aquellas pequeñas, pero innumerables, muestras que nos van convenciendo de su amor.
Y ayer mismo platiqué con un joven que, sin ser este el tema de nuestra conversación, “de la nada” me contó que cuando él conoció a Cristo, al llevarlo sus padres a la iglesia a la temprana edad de cinco años, empezó a encontrarse dinero tirado en la calle. Esto iba desde encontrarse unas cuantas monedas hasta de repente ¡un billete de 200 pesos! Era tan frecuente que se hizo muy notorio. Sus padres le decían que tenía una suerte increíble para hallarse dinero. Pero Elías siempre lo vio como un detalle de amor de parte de Jesús. Algo entre Jesús y él. Esto lo hacía sentir muy especial, exactamente como Jesús quería que se sintiera.
Con el paso de los años, alrededor del tiempo de su juventud temprana, estas experiencias de encontrarse dinero dejaron de suceder y, en cierta forma, quedaron en el olvido. Pero, varios años después, luego de una crisis muy fuerte que tuvo en su vida, Elías volvió a encontrarse dinero en la calle. Para él esto fue sumamente significativo, porque recordó lo que sucedía en su niñez y cómo se sentía al respecto. Fue el amor de Jesús volviendo a manifestarse fuertemente, en un tiempo en el que él necesitaba toda la afirmación posible. Volvió a Encontrar dinero una y otra vez (no lo suficiente para hacerse rico y dejar de trabajar, pero si lo sobrenaturalmente frecuente como para saber de Quién venía).
Incluso en un tiempo en que se fue a los Estados Unidos, le empezó a suceder también allá. En alguna ocasión se encontró con un montoncito de monedas brillantes y lustrosas. No era una gran cantidad, unos ocho o nueve dólares. Pero, el valor no estaba allí, sino en el hecho mismo. Esto es exactamente a lo que me refiero cuando digo que Jesús es muy detallista y siempre está buscando maneras de hacernos saber de su amorosa presencia. Si ponemos atención.
«Señor Jesús, tal vez no tengo experiencias como la de este joven, pero sé que si busco tantito, y mantengo mis ojos abiertos, voy a ver una gran cantidad de detalles tuyos que me hablan de tu amor único y singular por mí. No es que te ame por estas cosas. Simplemente te amo, pero estas cosas mantienen viva en mí la llamita de la ternura de tu amor. Así que, no pares, y sígueme mostrando tu amor en cosas grandes y pequeñas. Amén.»
A mi me ha pasado cuando me he sentido muy intranquila y temerosa me encuentro con plumas de aves en el frente y la parte de atrás de mi casa parece insignificante pero para mí es recordarme que Sus ángeles acampan a mi rededor y es muy notorio pues SÓLO cuando me he sentido así es cuando caen 🥰
Amén, gracias Cristo Jesús por mostrarnos tu gran amor, alabado y bentito seas.