Mis queridos hijos, les escribo estas cosas, para que no pequen; pero si alguno peca, tenemos un abogado que defiende nuestro caso ante el Padre. Es Jesucristo, el que es verdaderamente justo. 2 Él mismo es el sacrificio que pagó[a] por nuestros pecados, y no solo los nuestros sino también los de todo el mundo. 1 Juan 2:1-2
Durante la semana hemos estado hablando acerca del sentimiento de culpa que los creyentes podemos tener y cómo abordarlo de manera bíblica, lo cual es muy necesario y pienso que parte importante es entender que la culpa tiene una función, pues si de verdad creemos que fuimos hechos por Dios, no podemos creer que hay cosas en nosotros (en este caso emociones) que no son parte del diseño de Dios. Por lo tanto, el sentimiento de culpa tiene una razón de existir en nosotros y pienso que su propósito es hacernos conscientes de nuestra necesidad de arrepentirnos cuando pecamos y acercarnos a Dios sabiendo que necesitamos Su perdón.
Desafortunadamente, también nuestro enemigo, el diablo, ha sabido tomar ventaja de este sentimiento y lo utiliza de manera negativa trayendo a nuestra mente nuestros pecados con el propósito contrario: hacernos sentir indignos de Dios para alejarnos de Él, por esto la Biblia le da el título de “el acusador” (Apocalipsis 12:10). El problema es que muchas veces dejamos que la voz del acusador sea más fuerte que la voz de Dios y, tal vez porque sí somos culpables, dejamos que sus acusaciones nos llenen de una culpa nociva que ha perdido su propósito original de llevarnos al arrepentimiento y nos quedamos solo con la vergüenza.
Entonces, vale la pena recordar algo: Jesús es nuestro abogado defensor. Es muy interesante que la Biblia habla del diablo como acusador y de Jesús como abogado defensor, y del Padre como el único Juez. Por lo tanto, podemos tratar la culpa de la manera en que la Biblia nos muestra. Primero, aceptamos que sí hemos pecado, sí somos indignos por nosotros mismos, pero aceptamos el sacrificio de Jesús, acudimos al Padre en el nombre de Jesús y recibimos Su perdón, y ¡todas las acusaciones del diablo pierden su poder!
«Señor, gracias porque el sentimiento de culpa que Tú incluiste al diseñarnos nos ayuda a reconocer nuestro pecado y arrepentirnos delante de Ti. Gracias por el sacrificio de Jesús. Ayúdanos para vivir aceptando este sacrificio a diario para permanecer unidos a ti, aceptando y disfrutando de Tu amor infinito. Pero si, por otro lado, este sentimiento que nos abate procede del diablo y es una acusación falsa o caducada, apártala de nosotros. Amén»
Danielita Orozco
Ayúdanos Señor a distinguir entre una y otra culpa, porque el enemigo es maestro del engaño, más tu Rey de la verdad.
Gracias Pastor 🙏🏼
Arturo M.